Picar la carne de pollo a cuchillo o en la procesadora. También podés pedir al carnicero que te la pique pero yo prefiero hacerlo en casa.
Colocar en un bol el pollo picado y rociar con jugo de limón (no demasiado) y sal. Revolver y dejar reposar un rato, no hace falta que sea demasiado, con unos 15 minutos está bien.
Agregar a la fuente del pollo la panceta, también picada bien fina, el pan y el queso rallado, un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta. Mezclar todo con las manos hasta formar una masa bien compacta, con la que poder armar nuestras hamburguesas de pollo.
Dividir la masa en cuantas hamburguesas queramos y armarlas: primero una bola, presionamos bien, luego la aplastamos y por último emprolijamos los bordes.
Se pueden cocinar a la plancha (como las hice yo), o en una sartén con un hilito de aceite.