Ya sea evitarlas por querer adelgazar o por cuestiones de tiempo, esto puede traer consecuencias.
Con saltarse una comida se busca acelerar la pérdida de peso, pero si bien en un primer momento puede ser que se logre ese objetivo, a la larga solo se logrará retrasar la respuesta de la insulina ante la subida de los niveles de glucosa por estar en ayunas y contraer una diabetes. E incluso, volver a subir esos kilos,
Si estamos más de 3 horas sin comer, la insulina aumenta y la sensación de hambre que sentimos es mucho mayor. El organismo se ralentizará y reservará las grasas, siendo notable el efecto rebote. La recuperación del peso perdido será pues otra de esas consecuencias indeseadas de saltarse una comida, siendo mejor recurrir a otro tipo de dietas y procurar ser constante.
Otros de los riesgos de eliminar comidas de la dieta diaria es sentir debilidad, mareos e incluso llegar a sufrir bajadas de tensión. Y por si eso fuera poco, alimentarte mal puede tener consecuencias más graves y puede llegar a deprimirte, sentir una gran ansiedad, cansancio, nauseas y sufrir estreñimiento.
Los expertos en nutrición aconsejan que hagamos unas 4 o 5 comidas diarias. Cuánto mayor es el número de comidas diarias que se realizan, mejor se regula la ingesta de energía que se precisa, perdiéndose peso.
Las personas muy activas o con un metabolismo rápido pueden hacer hasta 5 comidas al día. Los niños, deportistas o las personas con una vida con gran actividad entrarían en este grupo de 5 comidas diarias. Las personas sedentarias tendrían suficiente con efectuar tres comidas al día y siempre comiendo platos equilibrados y saludables que ayuden a mantener a bajar peso.
En cuanto al desayuno, si nos lo salteamos se incrementan mucho las posibilidades de tener problemas de sobrepeso, además de incrementarse el estrés y generarse ansiedad y depresión.
