Copa Davis: Mónaco no pudo con un Fognini impecable y la serie está 1-1

Monaco-Fabio-Fognini-Gustavo-Amarelle_CLAIMA20160716_0013_28El italiano fue el dueño total del segundo punto de la serie y barrió al argentino en tres sets. Desde las 10, Del Potro y Pella buscarán volver a poner a Argentina arriba en el doble.

Nada salió bien. Juan Mónaco vivió una auténtica pesadilla en el que parecía que podía ser un reencuentro feliz con la Copa Davis ante el rival con el que había jugado su último partido. En cambio, todo fue aún peor que en aquel día de 2014 en Mar del Plata: Fabio Fognini, lejos de la irregularidad que suele entregar algunos momentos de respiro a sus rivales, dio un recital con todo su talento y barrió al argentino por 6-1, 6-1 y 7-5 en apenas una hora y 39 minutos de juego. La serie quedó 1-1 y ni siquiera se pudo cumplir el objetivo de desgastar al mejor tenista local para el partido de dobles, que se jugará desde las 15 (10 de Argentina). Ahí Fognini junto a Paolo Lorenzi, mientras que Juan Martín Del Potro y Guido Pella buscarán volver a poner en ventaja a Argentina.

Las primeras señales que entregó el partido no fueron buenas para Mónaco. Perdió el saque sin ganar puntos en el primer game de juego, con un Fognini que jugaba demasiado cómodo. Y aunque logró recuperar el break en el juego siguiente, volvió a resignarlo en el tercero. El italiano devolvía muy bien el servicio de Pico, que no pesaba. Con un nuevo quiebre en el quinto juego, prácticamente se sentenció la historia del primer capítulo. Con una preocupación: mientras Mónaco no podía mostrar nada de lo bueno que había dado en los entrenamientos, Fognini paseaba por la cancha su indudable talento. Otro break clavó la chapa en 6-1 y no había nada para rescatar. En todo el set, el tandilense apenas ganó tres puntos con su saque y dos de ellos fueron aces. Si la historia seguía así, todo se iba a terminar demasiado rápido.

Si alguna esperanza había de un cambio en el comienzo del segundo set, se disipó bien pronto. Fognini, cómodo y bien lejos de esa irregularidad que suele ser parte de su tenis, repartía palos sin errores con su muñeca mágica. Era un auténtico recital que el público italiano disfrutaba. Su ídolo, el mismo que venía de ganar apenas uno de sus últimos cinco partidos, interactuaba con ellos y estaba de regreso con el talento intacto. Volvió a quebrarle a Mónaco para ponerse arriba desde el comienzo. Y repitió el break en el cuarto juego. La diferencia de categoría en ese momento era asombrosa y fuera de la lógica para dos tenistas que no suelen tener un nivel tan disímil. Apenas un indicio positivo apareció sobre el final del capítulo cuando el argentino, después de seis breaks en contra y diez games perdidos al hilo, mantuvo por primera vez su servicio en el partido. Pero la distancia que había sacado el local en apenas 47 minutos, tanto por los dos sets como por el trámite, era demasiado fuerte.

La poca ilusión que quedaba empezó a desvanecerse cuando un nuevo error de Pico le dio a Fognini un break en el tercer game del tercer set. No se entregó el argentino, que consiguió recuperar el quiebre en el sexto game. Fognini entró entonces en una de sus lagunas características. Empezó a errar lo que antes no erraba y Pico dispuso de un doble break point en el octavo game que no pudo aprovechar. El partido, de todas maneras, era por primera vez algo más parecido a lo que indicaba la lógica. Empezó el argentino a soltarse un poco. A festejar cada punto. A tratar de sacar a Fognini de ese foco del que no había salido. Pero jugaba demasiado al borde de la cornisa el argentino. Y bastó otro rato de inspiración del local para quebrar en el undécimo game. Ya no hubo espacio para ninguna reacción. Fognini, en una mañana mágica, consiguió poner la serie 1-1. Del Potro y Pella buscarán dentro de un rato que no cierre un día perfecto.