El reconocido festival de cine cuenta en esta oportunidad con un marcada presencia local
El viernes pasado marcó el inicio de la septuagésima primera edición del Festival de Cine de San Sebastián con la proyección de El chico y la garza, la última joya animada del japonés Hayao Miyazaki, creador de cintas míticas como El viaje de Chihiro, en el marco de un evento que se extenderá hasta finales de mes y que contará con la presencia de numerosas figuras destacadas de la industria cinematográfica.
Según los organizadores, este año se presentarán un total de 232 producciones fílmicas. A pesar de la huelga que afecta a guionistas y actores de Hollywood, y que tuvo también una marcada repercusión en el resto del globo, ya se confirmó la asistencia de personalidades como Jessica Chastain, Sandrine Bonnaire, Juliette Binoche, Gabriel Byrne y James Norton, por citar solo algunos.
En el mismo contexto, se llevó a cabo la presentación de la serie Nada, que cuenta con la actuación de Luis Brandoni y Robert De Niro. Creada y dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, se estrenará en una reconocida plataforma de streaming el próximo 11 de octubre.
En relación con la alfombra roja del evento, Dolores Fonzi eligió vestirse con una camisa blanca que presentaba detalles calados. La camisa fue acompañada por una falda en tonalidades beige, una creación de la diseñadora Jazmín Chebar. Para completar su atuendo, seleccionó sandalias de color negro que contaban con una hebilla como detalle y optó por accesorios que seguían una estética minimalista.
Pero no sería su único look, ya que como ella también debía ser parte de la ceremonia de inauguración, en ese instante optó por un vestido tejido largo con mangas cortas en color amarillo, que acompañó con unas botas blancas y un pelo recogido.
En contraste, los actores masculinos presentes en el evento se decantaron por vestimentas que presentaban tonalidades más oscuras. Leonardo Sbaraglia, por ejemplo, optó por un traje que no incluía camisa y lo complementó con botas de caña media. En el caso de Rovito, su elección se inclinó hacia un conjunto más relajado y casual, con tonos que evocaban la paleta de colores de la tierra.