
Se luce en la obra Abracadabra y a fines de 2016 ganó el Bailando junto a Pedro Alfonso. De novia hace dos años y medio con uno de sus compañeros del programa Combate, Nicolás Occhiato, su boom arrancó en las redes sociales. Ni desnudos ni escándalos van con su perfil.
De repente, el huracán Flor Vigna se apoderó de la temporada de Carlos Paz: fue nombrada Chica del Verano, y Revelación en los Premios Carlos por su trabajo en la obra Abracadabra (en el teatro Holiday, con producción de DABOPE), que se sumaron a tres temporadas exitosas en Combate (Canal 9) y el triunfo en el Bailando 2016 (por El Trece) junto a Pedro Alfonso. Entonces, la pregunta surgió sola: ¿quién es esta chica? Viene de una familia de clase media (papá Miguel Angel, mamá Viviana, hermanos “Miguelito” y Leyla), está muy de novia con Nicolás Ochiatto, su primer contacto con el arte fue en la escuela de Julio Bocca (donde atendía el teléfono para pagar los estudios) y su infancia transcurrió en Floresta, marcada por las horas de gimnasia artística y vóley en el club All Boys, bastión de ese barrio porteño, aunque recalca: “No soy hincha de ningún equipo”.
A continuación la entrevista con la Revista Gente.
–Por más que no seas de ninguno, te habrán llamado futbolistas…
–Pero no los atiendo, así que pueden llamar tranquilos. Hace dos años y medio que estoy de novia. Necesito al lado un hombre con una cabeza muy especial, ¡y que me soporte!
–¿Cómo es eso?
–Nico es mi psicólogo. Tiene las mismas ambiciones que yo. Arrancamos juntos en Combate. No es egoísta, crecimos juntos… Nunca me enamoré de un futbolista. Son…
–¿Infieles?
–Sí, y ésa no me la bancaría. Los espero con un palo de amasar. Nico lo tiene bien clarito, jaja.
–¿Planean casarse?
–Por ahora no, pero en un futuro me encantaría que fuera con él. Estoy muy enamorada.
–Pero viven juntos.
–Acá en Carlos Paz sí. Te diría que más que buena, la convivencia es graciosa. Nos dividimos las tareas: yo limpio y él cocina, pero ninguno cumple del todo. ¡Demasiada comida rápida cuando el plan era comer sano! Pedro (Alfonso) nos asustó un poco, porque pasó de convivir en temporada con Paula (Chaves) a tener una familia con dos hijos. Nosotros queremos esperar, por lo menos hasta los 30, o más… Yo quiero crecer, y mi novio está con un programa en Fox.
–Tu éxito se dio en muy poco tiempo.
–Combate está hace tres años. Pero desde los once que quise seguir algo artístico por mi hermano, que es titiritero. A los 17 estudié más formalmente y se dio lo del reality. Yo no era fan de ellos, porque no tengo una personalidad explosiva. Lo hice pensando que era un día y te podías ganar un auto o una compu… ¡Y todavía sigo! En gran medida es gracias a los “vignistas”, que me apoyan: ganamos tres campeonatos porque te elige la gente. Y después el Bailando, donde también el público fue importante para tener continuidad y ganar.
–Sos una de las primeras figuras que surgieron por el éxito a través de las redes sociales.
–Las redes son un lugar donde podés tener voz sin aparecer necesariamente en la tele. Es una época muy de internautas. El que lo sabe aprovechar puede ser su propio productor. Con Nico lo hacemos. Hace dos días subimos un video a YouTube y ya tenemos un millón de visitas. En Instagram me siguen un millón doscientas mil personas, y en Twitter más de 700 mil. Es hermoso para nosotros. Pero también hay que saber cuidar las redes y tu perfil.
–¿Cómo?
–Y, si tenés una bronca no podés empezar a insultar. Porque hay muchos chicos que nos siguen y toman de ejemplo.
–¿Y con respecto a la exposición del cuerpo, si te piden una producción hot o un desnudo, que decís?
–Que no. Ese no es mi perfil, ni los escándalos. Si crecía en base a eso no sería feliz. Mi carrera la haré diciendo más “no” que “sí”. Por ejemplo, yo quería estar en Abracadabra antes de que me lo propusieran. El ofrecimiento tardó en venir, y por las redes sociales los tenía cansados a todos. Cuando llegó fue una alegría, porque no necesito hacer reír a través de mi cuerpo: puedo construir un personaje, y no que se me caiga un papelito en escena y se me vea la cola.
–No serías vedette o partenaire de un cómico entonces.
–No lo critico, pero a mí no me gustaría ser la típica chica con un lindo cuerpo y nada más. Ser la revelación de los Premios Carlos por mi actuación es lo mejor que me pasó en ese sentido.
–¿Renegás de tu físico?
–Para nada. Me gusta estar linda. Por ahí no es lo más estético, pero en Combate saqué mucha espalda y brazos, para no lesionarme. ¡Tenía los abdominales de Christian Sancho, jaja! En el Bailando tenía unas gambas importantes: mi novio me decía “Pupi”, por Zanetti. Yo admiro mucho el cuerpo que da el deporte.
–Aunque a veces el modelo imperante parece que exigiera la extrema delgadez…
–Siempre que una chica quiera encarar una dieta o una cirugía, tiene que informarse bien, porque hay muchos chantas. Yo por ahora no me operé nada. ¡Mi novio me quiere con push ups y todo! Alguna vez me han pedido que baje algún talle para trabajar. Y me negué: ese camino no me haría feliz. Ahora estoy en un lindo momento, pero no siempre fue así.
–¿Qué te mantiene los pies sobre la tierra en una etapa en que estás despegando?
–Mi casa, mi familia. ¡Los Vigna somos muy extraordinarios, jaja! Puede haber más o menos plata, pero la esencia se mantiene. Y mi novio, que ya es parte de nosotros.