Se inauguró el Primer Museo de Prostitución del mundo

En el Barrio Rojo de Ámsterdam abrió Red Light Secrets, el primero de su estilo y con el fin de mostrar los secretos de un oficio legalizado en Holanda.

Ilonka Stakelborough, creadora de la Fundación Geisha, que vela por los derechos del sector, enfatizó que el museo quiere contribuir a la normalización del oficio, cuya legalización en 2000 en Holanda ha tenido efectos no deseados: «Muchas estudiantes, por ejemplo, no quieren inscribirse como activas en el mercado y deciden trabajar en sus casas».

El museo también aspira a ser simplemente una experiencia para el visitante, que tiene la oportunidad de situarse en el lugar de la prostituta, ver las habitaciones, con su modalidad barata o de lujo, instrumentos sadomasoquistas y ver la moda desde los años veinte a la actualidad.

Tras pagar una entrada de 7,50 euros en una taquilla que imita la de las casas de citas de los años 50, el turista se introduce en el interior de casas que alberga el Barrio Rojo, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX.

La decoración se limita a cortinas rojas y la presencia de una nevera cercana a las sillas desde donde la prostituta llama a la atención de los clientes. Desde ahí, una puerta de flecos es la única barrera a la habitación del burdel, por la que la prostituta paga 150 euros por medio día. Sobre una cama de marco de azulejos que recuerda al de una bañera, una luz de neón violeta ilumina el cuarto, con un lavabo como única otra decoración.

Al final del recorrido, al visitante se le ofrece un reclinatorio para que confiese sus pecados de lujuria.