La Argentina sorprendió al votar en contra del ingreso de Palestina como Estado miembro pleno de las Naciones Unidas, marcando un cambio significativo en su política exterior. En 2010, el país había reconocido a Palestina como Estado soberano y desde entonces había respaldado su condición de Estado observador en la ONU.
La votación tuvo lugar en la Asamblea General de la ONU, donde 143 países votaron a favor de la incorporación de Palestina, 43 se abstuvieron y 9, incluyendo a Argentina, Estados Unidos e Israel, se opusieron. Este voto argentino refleja un gesto de apoyo a Israel, según los expertos. No obstante, también podría tener consecuencias en el apoyo internacional para cuestiones como la disputa por las Islas Malvinas.
Es importante destacar que la aprobación en la Asamblea General no significa que Palestina se convierta automáticamente en un Estado miembro pleno, ya que esta decisión debe ser efectivizada por el Consejo de Seguridad. Sin embargo, Estados Unidos, miembro permanente del Consejo, ya había vetado esta posibilidad en abril de este año.
Según una nueva resolución de la ONU, cualquier decisión vetada en el Consejo debe ser sometida a votación en la Asamblea General, aunque esta votación no sea vinculante. Por lo tanto, Palestina no se convertirá en miembro pleno, pero sí obtendrá nuevos “derechos y prerrogativas” que antes no tenía como observador.
La votación completa por el ingreso de Palestina como Estado miembro en la ONU.
El respaldo de la Asamblea General se produce en medio de una fuerte presión internacional para que Israel detenga su operación militar en la Franja de Gaza, lo cual tiene un gran impacto simbólico y político. Así, con este cambio, Palestina podrá participar en más espacios de diálogo y reuniones dentro de la ONU, lo que le dará un mayor peso político.
Al mismo tiempo, la votación también representa una derrota diplomática para Israel, ya que incluso algunos de sus históricos aliados, como el Reino Unido, optaron por abstenerse, mientras que Francia votó a favor de la incorporación de Palestina.
La decisión de la delegación argentina, encabezada por el embajador Ricardo Lagorio, fue tomada directamente por el presidente Javier Milei, en línea con la posición geopolítica adoptada por el país. Sin embargo, este cambio de postura podría tener repercusiones en el apoyo internacional que Argentina recibe en la ONU, especialmente en temas como el reclamo de soberanía por las Islas Malvinas.
A pesar de haber anunciado públicamente en varias ocasiones su intención de trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, Milei entendió que esto podría poner en riesgo el apoyo de países árabes y, por lo tanto, decidió no concretar el movimiento en el corto plazo.
