Los manifestantes ocupan la Casa de la Cultura, una de las “zonas seguras” pactadas con el Gobierno en medio de la crisis por las masivas protestas contra el Gobierno.
Un grupo de indígenas tomó de rehenes a ocho policías en Quito y los amenazaron con aplicarles la “justicia ancestral” si las fuerzas atacan esa sede, en medio de la crisis por las masivas protestas contra el Gobierno por los tarifazos y el ajuste.
“Afuera nos dicen que el Gobierno empieza a mandar ya las bombas lacrimógenas, entonces ahora nuestros líderes indígenas no les van a soltar a los policías porque necesitamos un respeto. Si ellos nos agreden, nosotros vamos a aplicar la justicia indígena”, dijo a EFE Fabián Masabanda, indígena de la provincia de Imbabura.
Masabanda advirtió que si las fuerzas del orden atacan la zona donde se encuentran, la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), “no nos responsabilizamos de la vida de los policías”. De acuerdo al indígena, retuvieron a los policías “porque empezaron a agredir”.
“Nosotros venimos en son de paz, pero el Gobierno nos ha maltratado cruelmente”, aseguró al denunciar que el miércoles la policía “atacó con bombas lacrimógenas” una zona de la universidad en donde pernoctan desde que llegaron a Quito en el marco de las protestas que estallaron hace una semana por la eliminación del subsidio de los combustibles.
La agencia de noticias EFE, que se encuentra en el ágora de la Casa de la Cultura, constató que los indígenas han obligado a los policías retenidos a utilizar sus radios para pedir a sus compañeros en el exterior que no repriman a los indígenas. Se trata de policías motorizados que capturaron por la mañana en los alrededores de la Casa de la Cultura, en el centro norte de Quito y cerca de la cual se han producido algunos de los disturbios esta última semana.
Los indígenas piden que las fuerzas que rodean el parque El Arbolito, junto a esa institución, se alejen para que ellos puedan salir.
Agrupados en la Conaie, una de las organizaciones indígenas más grandes del país, los manifestantes llegaron a Quito a inicios de semana para participar en protestas contra la eliminación del subsidio de los combustibles, decretada en el marco de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa medida derivó en un alza de 1,85 a 2,39 en la gasolina “extra” (la más popular), y de 1,03 a 2,27 en la diesel “premium” y provocó el rechazo de sindicatos, indígenas y grupos sociales que se lanzaron a las calles desde el pasado jueves.
Este jueves, la Defensoría del Pueblo de Ecuador aseguró que con el fallecimiento de un manifestante ayer ascendió a cinco el número de muertos relacionados con las protestas, aunque el Gobierno niega ese extremo.
El fin de semana un hombre fue atropellado por un vehículo que supuestamente huía de una manifestación en el sur del país, mientras que otras tres personas aparentemente “cayeron” de un puente en Quito, según una fuente de la Defensoría.
EFE