Las primarias del Partido Demócrata continúan sumando candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos en 2020 y aunque todavía no se sabe quién será capaz de capitalizar las voluntades necesarias para impedir la reelección de Trump, está claro que Los Demócratas se preparan para ofrecer un líder con sobrados méritos para llegar al Salón Oval.
El Senador Bernie Sanders de 77 años quien se presenta como un socialista democrático, la Senadora Elizabeth Warren de un fuerte discurso sobre las desigualdades, Kamala Harris que promete ser una luchadora de derechos para la gente, Cory Booker con su fuerte oratoria que recuerda a Obama, las Senadoras Amy Klobuchar y Kirsten Gillibrand o el latino Julián Castro entre otros son algunos de los que formalizaron su intenciones de aspirar a la Casa Blanca pero el objetivo solo debe ser derrotar al actual mandatario norteamericano o trabajar en propuestas reales para los estadounidenses.
Entonces, pienso y me pregunto: El Partido Demócrata que hoy encabeza Tom Pérez (Fue Secretario de Trabajo y es el primer latino en conducir a dicho espacio), ¿será capaz de interpretar las demandas del pueblo estadounidense y los nuevos desafíos sociales, políticos, económicos que vive el mundo?
Quizás no haya una respuesta inmediata a estos interrogantes pero sí me atrevo a dilucidar un escenario de mayor polarización y retórica radicalizada entre los que apelan al electorado más progresista frente a los que buscan ser moderados, sin embargo, el impacto del factor económico más alguna contingencia política serán determinantes en la decisión de los votantes sobre que EE.UU añoran.
En resumen, Los Demócratas, se encuentran frente al desafío de renovarse para lograr empoderar nuevas voces y a la sociedad civil, sin perder la esencia pero siendo competitivos frente a un Donald Trump que para muchos es el presidente más impopular de la historia (su administración y Los Republicanos siguen sufriendo críticas por haber protagonizado el shutdown – Cierre parcial de Gobierno – más prolongado del que se tenga memoria) y garante de que el sueño americano se vea truncado.
Como supo decir un 20 de Enero de 1937 en su segundo discurso inaugural Franklin Roosevelt: “La prueba de nuestro progreso no es si añadimos más a la abundancia de aquellos que tienen mucho; es si proporcionamos suficiente a
aquellos que tienen demasiado poco.”