En las últimas horas se confirmó la decisión de las Potencias del G5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán, de continuar con las rondas de negociaciones sobre el Programa Nuclear Iraní hasta Junio de 2015, estableciendo una nueva fecha límite para alcanzar un acuerdo final.
El conflicto nuclear entre Irán y Occidente se remonta al año 2002, fecha en que se conoció públicamente la construcción de una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz y de un reactor de agua pesada en Arak, despertando el temor de la fabricación de armas nucleares por parte del país persa.
Desde ese momento, muchos fueron los llamados de atención, provenientes principalmente desde Estados Unidos, hasta que el diálogo quedó totalmente paralizado con la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad en 2005, quien defendió el derecho a la producción de uranio en su país rechazando todo tipo de injerencia externa.
Luego de varias Resoluciones del Consejo de Seguridad, a partir del 2012, sanciones económicas impuestas a Irán comenzaron a asfixiar su estabilidad, lo que, sumado a la llegada a la presidencia de Hassan Rohani en 2013, abrió la posibilidad de una negociación con las Potencias.
El Plan de Acción Conjunto entrado en vigor en 2014 entre el G5+1 e Irán ha alcanzado hasta el momento una reducción de las sanciones económicas a la exportación del petróleo y un compromiso de Irán de disminuir el enriquecimiento de uranio, pero todavía ningún acuerdo definitivo se ha logrado.
El pasado lunes 24 de noviembre, los equipos negociadores acordaron extender el plazo para un acuerdo macro para Junio del año que viene, demostrando que 12 meses no alcanzaron para lograr un entendimiento sobre un tema tan complejo. En palabras del Ministro de Asuntos Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier: “Nadie ha salido deprimido de las negociaciones, sino que el diagnóstico de todas las partes implicadas es que, de verdad, hay una oportunidad de entendernos”.
