El fenómeno natural sucede en la zona sur del país asiático, donde las denominadas “tormentas de verano” provocaron un número ascendiente de fallecidos y más de 26 mil evacuados, hasta el momento.
Según las agencias de noticias chinas, el mismo desastre natural también provocó, desde el pasado 18 de junio, que unas 8.700 casas quedaran destruidas y otras 66.000 sufrieran daños por ráfagas, inundaciones y corrimientos de tierra.
Las malas condiciones climáticas, para desgracia de los habitantes, prometen seguir durante los siguientes días, al menos domingo y lunes. Eso consignaron a los medios de comunicación los encargados del servicio meteorológico de China.