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jueves 25 abril 2024

Enfermedades en trigo: aprender en el invierno para no sufrir en la primavera

El CampoEnfermedades en trigo: aprender en el invierno para no sufrir en la primavera

La campaña de trigo vigente, se presenta con ambientes muy heterogéneos, dependiendo de las zonas de implantación. Sin embargo en líneas generales, los excesos de lluvias y/o bancos de niebla están a la orden del día en un amplio sector de la llanura pampeana, (grandes espejos de agua por las inundaciones). Por lo tanto, no sería raro que las condiciones meteorológicas en las zonas dónde se desarrolla el trigo, y sobre todo en primavera (época dónde el cultivo entra en etapas decisivas) puedan presentar   períodos ambientales propicios para el desarrollo de enfermedades criptogámicas y bacterianas. Es por eso que hay que estar en constante alerta para monitorear el perfil sanitario de los lotes, y al mismo tiempo aprovechar «la tregua invernal» para afilar los conocimientos y así disminuir la brecha en la toma de decisiones en el momento de actuar. «Mejor prevenir que curar». 

Al respecto, el INTA hizo su aporte, y éste es un resumen de la última actualización.

Una de las principales enfermedades foliares del cultivo de trigo pan (Triticum aestivum L.) es la roya de la hoja o anaranjada del trigo (Puccinia Triticina). Al tratarse de una enfermedad foliar, su principal daño es una reducción de la captura de la radiación y del área verde fotosintéticamente activa provocando alta evapotranspiración en los tejidos foliares afectados.

En consecuencia se ve disminuida la producción y redistribución de fotoasimilados perjudicando directamente el número de granos por espiga y el llenado de los mismos. Esta enfermedad se encuentra presente en todas las subregiones trigueras, variando su importancia según las condiciones climáticas particulares de cada una y se observa todos los años, difiriendo sólo en su grado de intensidad.

Otra de las enfermedades que puede presentarse en el cultivo de trigo es la roya del tallo (Puccinia graminis), la cual se identifica por lesiones ovales o alargadas de color marrón oscuro que se producen más comúnmente sobre tallos y vainas foliares, pero también ocurren en hojas y espigas. De todas las royas que afectan al trigo, la roya del tallo es la que provoca mayores daños. En Argentina, después de muchos años, se observaron en la campaña 2014 altos niveles de infección con una amplia distribución que incluyó toda la región triguera, aunque con diferentes niveles de intensidad (Campos et al., 2014) repitiéndose también en las campañas 2015 y 2016 (Alberione et al., 2016).

Resistencia genética, el arma más efectiva

La principal estrategia destinada al manejo de estas enfermedades es a través de la resistencia genética pero en cultivares susceptibles a roya de la hoja permite ser controlada químicamente de manera muy eficaz dependiendo del compuesto fúngico que se emplee y de los momentos de aplicación.

Si la variedad es susceptible a roya, el producto químico que se emplee dará los mejores resultados si se acierta el momento de aplicación

El momento tiene incluso mayor incidencia en el control de la enfermedad que la decisión de que producto emplear. No ocurre lo mismo con roya del tallo, en la cual el manejo de la enfermedad es más complejo y en donde la calidad de aplicación adquiere una real importancia. La finalidad de éste trabajo fue evaluar y comparar el comportamiento de distintos fungicidas, en aplicaciones simples y dobles, combinando productos en momentos diferentes, sobre un cultivar de trigo pan susceptible a éstas enfermedades.

Materiales y métodos

El ensayo se implantó durante la campaña agrícola 2016 en un lote del campo experimental de trigo de la EEA Marcos Juárez con una rotación agrícola trigo/maízmaíz-soja. El ensayo se sembró bajo un diseño de bloques completos aleatorios con 4 repeticiones en micro parcelas de 7 m2 de tamaño final a cosecha, con una sembradora experimental con distancia entre hileras de 0,2 mts.

El cultivar empleado fue ACA 909, susceptible a roya de la hoja y del tallo, de ciclo de crecimiento corto sembrado el 14/07/16 a una densidad de 300 plantas por metro cuadrado. Previo a la siembra se aplicó herbicidas para el control de malezas en preemergencia (metsulfuron, dicamba y glifosato, en dosis comercial). La fertilización consistió de 220 kg/ha de UREA distribuida al voleo con máquina autopropulsada en presiembra y de 90 kg/ha de fosfato diamónico incorporado a la siembra. Los tratamientos se aplicaron con mochila de gas CO2 a presión constante (30 PSI). El ancho de aplicación fue de 1.5 mtrs y el volumen aplicado de 120 l/ha con la utilización de pico de cono hueco. Los fungicidas utilizados y el momento de aplicación se detallan en el cuadro 1. En cada momento de aplicación se registró el nivel de enfermedades presentes en los tratamientos. Se extrajeron muestras desde cada una de las parcelas (8 tallos principales) evaluándose enfermedades en hoja y en tallo.

Para ello se emplearon escalas de evaluación de severidad. Para roya de la hoja y roya del tallo se emplearon las escalas diagramáticas propuestas por Cobb modificada por Peterson (1948), Stubb et al. (1986) y escala propuesta en Rust Scoring Guide (CIMMYT, 1986).

La cosecha de grano se realizó el 3/12/16 con el cultivo en estado de madurez de cosecha, E. C. 9.0 de la escala de Zadoks (Zadoks et al., 1974) mediante cosechadora experimental automotriz de parcela chica (Hege). Las muestras de cosecha fueron pesadas con balanza de precisión y los pesos parcelarios fueron llevados a kg/ha obteniéndose así los valores de rendimiento de grano. Se obtuvo por conteo y pesado de los granos el peso de mil granos (PMG) y se determinó a través de refractancia en el infrarrojo cercano NIRT (Near InfraRed Transimisión) el peso hectolítrico (PH) y el contenido de proteína en grano en el Laboratorio de Calidad Industrial de Cereales y Oleaginosas de la EEA Marcos Juárez. Los análisis estadísticos consistieron en análisis de variancia (ANAVA) a través de modelos lineales mixtos, donde los bloques fueron considerados aleatorios y los tratamientos fijos. Se utilizó el test de comparación de medias LSD de Fisher al 5%, tanto para variables productivas (Rendimiento y PMG), como de la calidad (PH y Contenido de proteínas). El software estadístico empleado fue Infostat (Di Rienzo et al., 2015)

Cuadro 1

Resultados y discusión

La campaña triguera 2016 se caracterizó por una muy buena disponibilidad de agua en el perfil del suelo con motivo de las altas precipitaciones ocurridas en los meses de otoño. La ocurrencia de enfermedades se dio bajo condiciones ambientales poco favorables para el establecimiento temprano. Durante los meses de julio y septiembre las precipitaciones resultaron inferiores a los registros históricos. En tanto que en agosto hubo ausencia de precipitaciones. Los registros de temperaturas en estos meses resultaron similares a sus registros mensuales históricos, por lo que no debió afectar este factor el desarrollo inicial de enfermedades.

La condición ambiental necesaria para que se genere infección es la presencia de alta humedad relativa o lluvias y temperaturas moderadas que se registraron a partir del mes de octubre.

A partir de muestreos periódicos con evaluación de muestras de hojas y tallos se trabajó en gabinete para registrar y cuantificar a las dos enfermedades. Con esta posibilidad pudimos establecer el inicio de infección en roya del tallo a partir de la tercera semana de octubre. Desde allí en adelante el desarrollo de la enfermedad fue progresivo, afectando de manera severa tallos y el área foliar. Por este motivo la otra enfermedad registrada, roya de la hoja, se vio con menos posibilidad de competir frente a roya del tallo. Con respecto a la incidencia en roya del tallo (cuadro 2) se observó que en todos los tratamientos los valores estuvieron cercanos al 100% no habiendo diferencias significativas entre los tratamientos.

Esto demuestra la dificultad que existe para controlar la enfermedad en éste órgano vegetativo en cultivares susceptibles. Los registros de severidad mostraron diferencias significativas entre los tratamientos destacándose por presentar menores valores en general los tratamientos con doble aplicación de fungicidas y aquellas aplicaciones simples realizadas en floración. En cuanto a roya de la hoja, se observó bajos niveles de severidad en general pudiendo observarse algunas diferencias no tan claras entre tratamientos en la variable incidencia debido a la prevalencia de roya del tallo.

En el cuadro 3 se observan los resultados de los análisis estadísticos para las variables rendimiento de grano y peso de mil granos. Los mejores comportamientos se observó en los tratamientos de dobles aplicaciones, independientemente del producto o combinación aplicada y del momento.

En las aplicaciones simples tempranas solo Reflect Xtra en 4.3 presentó mayor rendimiento de grano comparativamente con el resto de los tratamientos en aplicaciones simples.

Los tratamientos aplicados de manera tardía (llenado de grano) no lograron controlar eficazmente la enfermedad y por éste motivo el rendimiento se vio muy afectado al igual que el testigo sin aplicación.

El tratamiento con Amistar Xtra aplicado en espiga embuchada (4.3), presentó también bajo rendimiento al igual que los tratamientos tardíos, pero en este caso se diferenció estadísticamente del testigo. Para el peso de mil granos se vio similar patrón con lo visto en el rendimiento de grano. Las dobles aplicaciones presentaron mayores pesos de granos que las simples. En el testigo sin aplicación las pérdidas en el peso de los granos llegaron a superar el 50%, con granos muy chicos.

En el cuadro 4 se visualiza los análisis de calidad comercial. En cuanto a proteína, en general la mayoría de los tratamientos evaluados presentaron valores por debajo del 11 %, valor tomado como referencia para grado 1 de comercialización, salvo los tratamientos con doble aplicación.

Con respecto al peso hectolítrico, las aplicaciones dobles presentaron mayores valores pero siempre con valores inferiores a 79 kg/hl, (referencia para grado 1).

Estos resultados volvieron a demostrar la magnitud del daño que se le conoce a ésta enfermedad (roya del tallo). Sólo con doble aplicación de fungicidas se logró mejorar el peso hectolítrico.

Conclusiones

Hubo buenas respuestas a la aplicación de fungicidas foliares en un cultivar con alta susceptibilidad a las enfermedades evaluadas y en las variables observadas. Los tratamientos con doble aplicación, independientemente del producto utilizado y momento, permitieron lograr mayor rendimiento de grano con un mayor peso de mil granos y peso hectolítrico.

La doble aplicación aseguró controlar eficazmente a la roya del tallo, a diferencia de las aplicaciones simples tempranas en cuyos casos se evidenció reinfección. Entre productos no se observaron diferencias de control muy marcadas. Los resultados demostraron que en cultivares con buen comportamiento de resistencia genética, la aplicación de fungicidas no se justificaría tanto como en cultivares susceptibles.

Ensayos Comparativos por perfil sanitario de distintos cultivares de trigo y cebada en 2 localidades La Carlota y Monte Buey-Córdoba.

Se relevaron y registraron enfermedades en ensayos de trigo y cebada sembrados en microparcelas en las localidades de Monte Buey y La Carlota. Las enfermedades evaluadas en trigo fueron:

Roya de la hoja-RH (Puccinia triticina), roya del tallo-RT (Puccinia graminis f.sp. tritici) y roya amarilla-RA(Puccinia striiformis) bajo el criterio propuesto por la escala de Cobb modificada por Peterson (Stubb et al.,1986) y Rust Scoring Guide (CIMMYT, 1986) de evaluación de severidad, mancha amarilla-MA (Drechslera tritici repentis) con escala propuesta por James, 1971 (Stubb et al.,1986), oídio (Blumeria graminis) evaluando severidad de infección a través del porcentaje de área foliar afectada (0-100%), tizón bacteriano-TB (Pseudomonas syringae pv. Syringae) y estriado bacteriano (Xanthomonas campestris pv. traslucens) a través de escalas propuesta por Duveiller (1994) y fusariosis de la espiga-FE (Fusarium graminearum) a través de escala de doble dígito 0-9/0-9 (Kholi, 1989).

En cebada se registró mancha en red-MR (Drechslera teres), mancha borrosa-MB (Bipolaris sorokiniana) evaluando severidad de infección a través del porcentaje de área foliar afectada (0-100%) (INASE Uruguay, 2004), roya del tallo-RT (Puccinia gaminis f.sp. tritici) y fusariosis de la espiga-FE (Fusarium graminearum) con igual escala para trigo. Los registros de manchas foliares en ambos cultivos (MA, TB, EB, MR, MB) y oídio a su vez se indican en las tablas con dos valores en correspondencia con lo propuesto por la escala de doble dígito 0-9/0-9 elaborada por Saari y Prescott (1975) (Stubb et al., 1986), donde el primer dígito indica la incidencia (altura de la enfermedad en la planta) y el segundo dígito la severidad.

Por ejemplo 3/1 representa 30% de incidencia y 10% de severidad. El registro sanitario en Monte Buey se hizo el día 09/11, 9 días posteriores al control químico con aplicación del fungicida foliar Stinger (picoxystrobina 20% + cyproconazole 8%) en dosis de 400 cc/ha.

En los cuadros 1, 2 y 3 se detallan los registros sanitarios en las variedades de trigo de ciclo largo–intermedio, ciclo corto– intermedio y en las variedades de cebada cervecera respectivamente.

El registro sanitario en el ensayo conducido en la localidad de La Carlota se realizó el día 28/10. No se realizó control químico de enfermedades por lo que los datos sanitarios consignados en este informe son en presencia de enfermedad.

En los cuadros 4, 5 y 6 se muestran los registros sanitarios en las variedades de trigo de ciclo largo–intermedio, ciclo corto–intermedio y en las variedades de cebada cervecera respectivamente. Para todas las variedades además de los registros sanitarios se observó el estado de crecimiento al momento de la evaluación determinados a través de la escala propuesta por Zadoks et al.(1974).

Los estados de crecimiento registrado en las variedades en Monte Buey correspondieron a Z 8.0 (estado de grano pastoso) y en La Carlota al momento de la evaluación se encontraron en un estado de Z 7.0 – 8.0 (grano lechoso – pastoso).

Fuente: http://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_trigo_actualizacion2017.pdf

 

 

 

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