El conjunto nacional perdió ante el clásico rival, tras un partido que bien pudo haber terminado con otro resultado. Los brasileños supieron aprovechar mejor las situaciones que dispusieron y con los tantos de Gabriel Jesús y Roberto Firmino obtuvieron la victoria.
Fue en duelo electrizante, de mucha fricción, caracterizado por la presión en alto de ambos equipos. Brasil arrancó mejor con un buen manejo en ataque, recuperando rápido el balón y con una mejor circulación que la selección.
Con este predominio, llega el gol de Brasil, donde Dani Alves brilló tras una gran jugada, donde ensaya un sombrero a Marcos acuña, hace pasar de largo a Paredes con un enganche y finalmente filtra un pase a Firmino, éste cede una habilitación al punta, Gabriel Jesús, definiendo con suma facilidad sobre el borde del área chica a los 19’ minutos.
El conjunto de Tite, al ponerse en ventaja, cedió el control del juego y la posesión, retrocediendo en el campo, esperando desarticular el circuito elaborado por el director técnico argentino. A medida que fueron pasando los minutos, se hacía más notoria la participación de Lionel Messi, quién tuvo un muy buen partido y en cada ataque albiceleste lo tenía como protagonista, dentro de esta Copa América fue su mejor rendimiento.
Por medio de un cabezazo de Agüero, Argentina pudo empatar el encuentro. Luego de un tiro libre ejecutado por la Pulga, el Kun conectó y desvió de cabeza, dejando sin reacción a Alisson, que vio pasar el balón. Sin embargo, la pelota no quiso entrar y dio en el travesaño.
El primer tiempo quedó la sensación de que la celeste y blanca merecía obtener el empate, y de esa manera salió a buscar la igualdad en los segundos 45 minutos. Mostró supremacía y predominio desde el mediocampo, con buenas asociaciones. Un reflejo de esto fue la chance desperdiciada por Rodrigo de Paul, donde no logra conectar de buena manera y termina rematando desviado, luego de una muy buena jugada colectiva.
El tiro del empate lo tuvo Lionel. Pasó por los pies del capitán la situación más clara del segundo tiempo. Su remate de zurda dio en el poste derecho del arco custodiado por el portero brasileño, y no dándose por vencido fue rápidamente en busca del rebote y envió un centro por lo bajo, que circundó por toda el área chica sin que Agüero pueda llegar a tocarla.
El baldazo de agua fría llego al minuto 71, cuando el conjunto nacional inclinaba la cancha para buscar la parda. En un contrataque, Gabriel Jesús le gana el mano a mano a Pezzella disputando el balón, luego con una espectacular corrida evita a Otamendi y ya dentro del área engancha y deja desairado a Foyth, para dejarle esta vez a quién lo había asistido a él, a Firmino, que en soledad puso el 2 a 0.
Hubo un momento de conmoción por el cimbronazo de la anotación, y luego otra vez volvió el espíritu de lucha, para ir por la heroica. Ya estaban en cancha Di María, que había ingresado por Acuña y Lo Celso por el jugador del Udinese, Rodrigo De Paul, de buen rendimiento. Argentina fue y busco, sin embargo, el descuento no llegó y la esperanza se fue consumiendo al paso de los minutos. Hubo una polémica tras un córner, donde a los 85’, Arthur le mete un topetazo a Otamendi y el central cae dolorido en el área. Cuando todo indicaba que iba a ser una jugada revisada por el VAR, le comunicaron al juez que la acción no requería de revisión y continuó el juego. En las repeticiones podía observarse que el mediocampista central fue directo a derribar al argentino.
La sensación del encuentro es que Argentina no mereció perder y dejó una buena imagen ante su clásico rival, luego de un arranque accidentado en la competencia, los dirigidos por Lionel Scaloni enderezaron el rumbo. A pesar de ello, una derrota ante la verdeamarela es siempre dolorosa, y más si es en una semifinal de Copa América.