Chano Charpentier fue uno de los invitados a Otro día perdido, el programa que conduce Mario Pergolini, y protagonizó uno de los momentos más profundos y emotivos del ciclo al hablar con absoluta sinceridad sobre su salud mental, su proceso de recuperación y las consecuencias de los momentos más difíciles de su vida.
Durante la charla, el músico se refirió a una sensación que apareció una vez que logró estabilizarse emocionalmente: la culpa. “Con el tiempo empecé a entender que ahora que estoy bien, sentía mucha culpa por un montón de daño que había hecho”, expresó, dejando al descubierto una etapa de fuerte introspección personal.
Chano explicó que, en los períodos más críticos, no siempre era consciente de sus acciones ni del impacto que tenían en quienes lo rodeaban. Fue recién al comenzar a sentirse mejor, y con mayor claridad mental, cuando pudo dimensionar el dolor causado a familiares, amigos y personas cercanas. Según contó, esa toma de conciencia fue parte inevitable —y dolorosa— del proceso de recuperación.
En el intercambio con Pergolini, el artista habló también de la dificultad de reconstruirse después del caos. Estar bien, señaló, no implica borrar el pasado, sino aprender a convivir con él, asumir responsabilidades y trabajar día a día para no repetir conductas que hicieron daño. La reflexión estuvo atravesada por la idea de reparación, el pedido de perdón y la importancia de sostener un tratamiento.
La entrevista se dio en un clima de respeto y escucha, característico del ciclo, y permitió mostrar a un Chano más sereno, reflexivo y consciente de su recorrido. Lejos del personaje mediático asociado a los excesos, el músico se mostró dispuesto a poner en palabras procesos internos complejos, sin minimizar lo vivido.
A lo largo de los últimos años, Chano se transformó en una de las figuras más visibles a la hora de hablar de salud mental en el ámbito artístico. Sus testimonios suelen generar impacto por su crudeza y honestidad, y vuelven a poner en agenda la necesidad de abordar estas problemáticas sin estigmatización ni simplificaciones.
Su paso por Otro día perdido dejó uno de los momentos más fuertes del programa y reforzó la idea de que la recuperación no es lineal: muchas veces, el mayor desafío comienza cuando llega la estabilidad y aparece la responsabilidad de mirar hacia atrás con conciencia y humanidad.

