Cada vez más personas buscan ganarse la vida creando contenido online. Pero ¿es realmente posible vivir de internet? En 2025, la llamada “economía de los creadores” sigue creciendo, aunque no todos logran convertir los likes en ingresos sostenibles.
La “economía de los creadores” —o creator economy— abarca a quienes generan contenido digital (videos, podcasts, newsletters, streams o comunidades) y lo monetizan a través de plataformas online. Desde influencers hasta streamers, educadores y artistas digitales, todos forman parte de una industria que mueve miles de millones y redefine el trabajo en la era de internet.
Según proyecciones internacionales, el mercado global de la economía de creadores alcanza en 2025 unos 253 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento del 23% anual. Sin embargo, detrás de ese número se esconde una realidad desigual: solo una pequeña parte de los creadores logra vivir exclusivamente de su contenido. Un informe reciente indica que apenas el 9% de ellos supera los 100 mil dólares anuales, mientras que un 34% gana menos de 5 mil.
Cómo se gana dinero en la era digital
En 2025, los modelos de ingresos son más variados que nunca. Además de los clásicos anuncios y repartos de ingresos con plataformas, los creadores recurren a patrocinios de marca, suscripciones pagas, productos digitales o merchandising, y donaciones o regalos virtuales en transmisiones en vivo.
El secreto está en diversificar las fuentes de ingreso y no depender solo de una red social. Las marcas también juegan un papel clave: el 60% de los ingresos de muchos creadores proviene de colaboraciones y campañas con empresas.
¿Se puede realmente vivir de Internet?
Sí, pero no es tan fácil como parece. La mayoría de los creadores que logran estabilidad lo hacen gracias a una audiencia fiel y comprometida, una estrategia clara y una gestión profesional de su marca personal.
Para la gran mayoría, los ingresos online funcionan más como un complemento que como un sustento principal. Las razones son varias: la competencia es feroz, los algoritmos cambian constantemente y los ingresos pueden fluctuar de un mes a otro.
Aun así, el fenómeno sigue expandiéndose. En 2025, se estima que más de 50 millones de personas en el mundo crean contenido de manera regular, y que unos 2 millones lo hacen de forma profesional. América Latina, en particular, es una de las regiones con crecimiento más acelerado en monetización digital, gracias a su creatividad y a una audiencia cada vez más conectada.
Tendencias que marcan 2025
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Profesionalización total: los creadores se convierten en pequeñas empresas, con equipos, agencias y estrategias de marketing.
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Audiencias de nicho: los micro y nano creadores ganan relevancia gracias a su autenticidad y cercanía con el público.
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Comunidades pagas: los fans dispuestos a apoyar económicamente a sus creadores favoritos impulsan nuevos modelos de membresía.
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IA y automatización: las herramientas de inteligencia artificial facilitan la producción, edición y gestión de contenido, aunque también aumentan la competencia.
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Streaming y contenido en vivo: sigue siendo uno de los formatos más rentables y con mayor potencial de conexión directa con la audiencia.
El caso latinoamericano
Para los creadores de Argentina y la región, las oportunidades crecen junto con los desafíos. Monetizar en dólares, construir comunidad en español y destacarse en nichos regionales son ventajas competitivas. Pero también hay obstáculos: la inestabilidad de las plataformas, los costos de producción y la falta de políticas claras sobre tributación digital.
Aun así, la tendencia es clara: vivir de Internet ya no es una fantasía, sino una posibilidad concreta para quienes entienden el juego, se adaptan rápido y tratan su contenido como un negocio real.
Conclusión:
En 2025, la economía de los creadores se consolida como uno de los fenómenos más potentes del mundo digital. No todos lograrán convertir sus vistas en ingresos estables, pero quienes lo hagan estarán redefiniendo lo que significa “trabajar” en la era de internet.

