Havanna, una de las marcas más emblemáticas de la gastronomía argentina, sorprendió en diciembre con una jugada que nadie tenía en el radar: la llegada a sus locales de los chocolates Feastables, creados por MrBeast, el youtuber más popular del mundo. La alianza marcó un cruce llamativo entre tradición y cultura digital, y rápidamente se convirtió en tema de conversación.
La propuesta no implica un cambio en la identidad histórica de Havanna, sino una incorporación puntual de productos. En sus sucursales comenzaron a venderse los chocolates de Feastables, la marca que MrBeast lanzó en 2022 y que se caracteriza por recetas simples, packaging llamativo y una fuerte estrategia de comunicación ligada a redes sociales y contenido viral.
La llegada de Feastables a Havanna se dio a comienzos de diciembre y posicionó a la Argentina dentro de una movida global que ya había tenido impacto en Estados Unidos y Europa. Para la firma marplatense, la decisión apunta a conectar con nuevas generaciones, especialmente con un público joven que consume marcas a través de influencers y creadores de contenido.
El contraste es evidente: mientras Havanna construyó su prestigio a partir de la tradición, el ritual del café y el alfajor como ícono nacional, MrBeast representa la lógica del entretenimiento digital, los desafíos virales y el alcance masivo en plataformas como YouTube. Justamente ahí radica el interés de la colaboración: dos universos muy distintos que se encuentran sin mezclarse del todo.
La iniciativa generó reacciones diversas. Algunos celebraron la apertura de la marca a nuevas audiencias y tendencias, mientras que otros se mostraron sorprendidos por el cruce entre un símbolo clásico argentino y una figura del streaming global. En cualquier caso, el impacto fue inmediato y logró instalar el tema en redes y medios.
Con esta apuesta, Havanna reafirma que incluso las marcas con identidad sólida pueden explorar nuevos caminos sin perder su esencia. La colaboración con MrBeast funciona como un guiño al presente digital y como una prueba de que la tradición también puede dialogar con el fenómeno influencer.

