Ángela Torres volvió a poner sobre la mesa uno de los momentos más incómodos y dolorosos de su adolescencia mediática. Con apenas 17 años, la actriz participó de una mesa de Mirtha Legrand en 2016, donde Guido Süller ironizó sobre su cuerpo, haciendo un comentario que generó risas entre los presentes y que ella nunca olvidó.
El mediático, en tono burlón, dijo que Ángela y Barbie Vélez eran “altas y estilizadas… más que nada, altas”, una frase que provocó que Charlotte Caniggia también se riera del comentario. Aunque en ese momento Ángela intentó sostener la situación con profesionalismo, por dentro la experiencia fue devastadora.
Años después, la artista confesó que ese episodio la hizo sentir expuesta, insegura y profundamente herida, especialmente porque se trataba de adultos opinando y riéndose del cuerpo de una joven. “Me lastimaron mucho”, reconoció, señalando que la repercusión en redes tras la emisión del programa la ayudó a dimensionar el nivel de violencia que había recibido.
Para Ángela, este tipo de situaciones se sumaron a una exposición temprana que marcó su relación con su cuerpo y con la mirada ajena. Contó que desde muy chica tuvo que enfrentar comentarios, presiones y comparaciones que influyeron en su autoestima y en su vínculo con la imagen corporal.
Hoy, con una carrera consolidada y una mayor fortaleza emocional, Torres mira hacia atrás con claridad: aquel episodio fue un golpe duro, pero también una señal de alerta sobre la importancia del respeto, especialmente cuando se habla del cuerpo de alguien más, y más aún si se trata de una persona joven.
La actriz transformó ese dolor en un mensaje: las palabras tienen peso, y la empatía nunca debería quedar fuera del espectáculo.

