Raúl Rocha Cantú, empresario mexicano y propietario de la organización Miss Universo, se encuentra en el centro de un escándalo judicial de alcance internacional. La Fiscalía de México lo imputó por presunto tráfico de drogas, armamento y combustible adulterado, y según fuentes oficiales, se habría emitido una orden de aprehensión en su contra. Frente a esta situación, el empresario decidió acogerse al programa de testigos protegidos, lo que ha generado aún más especulación sobre su situación legal.
La investigación apunta a su presunta participación en una red que operaba entre México y Guatemala, vinculada al traslado ilegal de sustancias, armas y combustible. Expertos en seguridad señalan que este tipo de redes suelen ser complejas y contar con vínculos internacionales, lo que explica la magnitud y repercusión del caso.
Este escándalo también pone en duda la continuidad y credibilidad de Miss Universo, certamen que en las últimas semanas había quedado bajo cuestionamiento debido a denuncias por posibles irregularidades en su edición 2025. La noticia ha generado alarma en el mundo del espectáculo y la moda, donde el certamen es considerado un referente global de belleza y estilo.
Hasta el momento, ni Rocha Cantú ni la organización Miss Universo emitieron declaraciones públicas. Analistas del sector apuntan que el caso podría tener consecuencias importantes, no solo legales, sino también en la imagen y el futuro del certamen, incluyendo contratos, patrocinadores y participación de candidatas.
El escándalo ya ha provocado un debate internacional sobre la transparencia y responsabilidad de los organizadores de grandes certámenes de belleza, y mantiene en vilo a la industria del entretenimiento. Mientras la investigación continúa, el mundo observa de cerca cada novedad que pueda surgir de este complejo caso judicial.

