En tiempos de filtros y apariencias, la generación Z elige mostrarse tal cual es. La autenticidad se convirtió en el mayor valor de la era digital, y las redes se transforman en un espacio para ser —no solo parecer
Las redes sociales cambiaron la forma en que los jóvenes se muestran al mundo, pero también cómo se ven a sí mismos. Después de años marcados por la perfección estética, los likes y los algoritmos, una nueva ola está tomando fuerza: la autenticidad.
En TikTok, Instagram y BeReal, cada vez más creadores comparten su vida sin filtros, mostrando emociones reales, errores, fracasos y momentos cotidianos. El mensaje es claro: ya no se trata de encajar, sino de conectar.
Esta tendencia refleja un cambio cultural más profundo. Los jóvenes buscan contenido que inspire, no que presione; referentes que hablen de salud mental, creatividad y autoaceptación. Marcas, artistas e influencers que entienden esto logran una conexión genuina con sus comunidades.
En un mundo donde todos parecen competir por la mejor versión de sí mismos, la autenticidad se volvió revolucionaria. Ser uno mismo —sin miedo, sin guión y sin filtros— es la verdadera tendencia que marca el 2025.

