Mario Lugones destacó que el presupuesto del hospital aumentó 124 por encima de la inflación, mientras que el gobierno kirchnerista lo recortó 75 puntos por debajo del IPC.
El ministro Mario Lugones salió al cruce del paro y la movilización convocada hoy por empleados, residentes y médicas del Hospital Garrahan, y lo calificó como un problema “de gestión y eficiencia” más que de presupuesto. En su mensaje por X, afirmó que “vinimos a arreglar un sistema que dejaron destruido” y destacó que las partidas presupuestarias del centro aumentaron “124 puntos por encima de la inflación” desde la asunción del nuevo Gobierno.
Según Lugones, la clave está en mejorar los procesos internos: “El problema del hospital nunca fue solo de recursos: es de gestión y eficiencia. Por eso aumentamos el presupuesto, eliminamos privilegios y corregimos desvíos para que cada peso vaya donde tiene que ir: a la salud”. Aseguró además que los recortes durante el período anterior habían dejado al Garrahan “75 puntos por debajo de la inflación”
Mientras reordenamos el Garrahan para terminar con los curros legales y la mala administración, el hospital sigue demostrando por qué es el centro pediátrico más importante del país y un referente regional en trasplantes. El problema del hospital nunca fue solo de recursos: es de… https://t.co/yLsShwF3hN
— Mario Lugones (@Mariolugones_ar) July 17, 2025
Desde el sector movilizado, la respuesta fue contundente sobre el reclamo salarial, las condiciones laborales y la crisis estructural. En la Marcha Federal de Salud, trabajadores advirtieron que atraviesan una “crisis grave, persistente y cada vez más profunda”, y dejaron en claro que “sin residentes no hay hospital”. Las consignas reclamaron un salario inicial mínimo de 1,8 millones de pesos para evitar la salida masiva de profesionales.
La tensión también se reflejó en el intercambio de mensajes públicos: mientras el Gobierno cuestiona la gestión, el Garrahan publicó que, pese a los cortes, seguían en curso “5 intervenciones de alta complejidad” y acusaron presiones verbales y administrativas hacia los trabajadores que alzan la voz.
