El proyecto del PRO apunta a ampliar la oferta de operadores y facilitar las operaciones inmobiliarias para inquilinos y propietarios. El sector tradicional salió a rechazarlo.
En un intento por abrir la competencia y reducir los costos de las operaciones inmobiliarias, el diputado nacional del PRO, Alejandro Bongiovanni presentó un proyecto de ley que busca desregular por completo la actividad inmobiliaria en la Argentina. La propuesta, llamada “Ley de libertad inmobiliaria”, permitiría que cualquier persona pueda intermediar en la compra, venta o alquiler de propiedades, sin necesidad de contar con título universitario, matrícula profesional ni pertenecer a un colegio oficial.
La iniciativa se alinea con la política de desregulación que impulsa el Gobierno nacional y apunta a beneficiar directamente a los usuarios del sistema: propietarios, compradores e inquilinos, que hoy deben afrontar altos costos en comisiones, intermediaciones y trámites engorrosos.
Según los fundamentos del proyecto, las regulaciones actuales limitan la competencia, encarecen los servicios y generan barreras artificiales de entrada al mercado. En ese sentido, la eliminación de requisitos formales permitiría:
- Reducir el costo de las comisiones, al eliminar los aranceles fijos o mínimos que hoy cobran los matriculados.
- Ampliar la oferta de operadores inmobiliarios, lo que generaría mayor competencia y mejores condiciones para los usuarios.
- Facilitar el ingreso al mercado de nuevos prestadores, lo que dinamizaría el sector y fomentaría la innovación tecnológica.
- Permitir operaciones en todo el país sin restricciones geográficas, ayudando a quienes compran, venden o alquilan propiedades en distintas provincias.
- Agilizar los procesos, al eliminar requisitos burocráticos de inscripción en registros o cámaras profesionales.
“La idea es devolver la actividad inmobiliaria al ámbito comercial, como en muchos países del mundo, donde no hace falta tener una matrícula para ser intermediario”, explicó Bongiovanni.
En su exposición, el diputado citó los ejemplos de España, Estados Unidos y Nueva Zelanda, donde los requisitos para operar en el sector son más flexibles y el usuario tiene más opciones para elegir.
Críticas del sector inmobiliario tradicional
El proyecto fue rápidamente cuestionado por la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), que advirtió sobre posibles riesgos de informalidad y fraudes si se eliminan los controles actuales. Su presidenta, Nancy Vieitez, alertó que la calidad del servicio podría verse afectada si se habilita la actividad sin capacitación ni supervisión profesional.
Frente a eso, la CIA propuso una alternativa que incluye la creación de un registro nacional unificado, la incorporación de la figura del agente auxiliar inmobiliario y la implementación de un sistema de colaboración entre agencias (MLS) que fomente la transparencia.
Sin embargo, desde el entorno de Bongiovanni consideran que el mercado debe autorregularse, y que los colegios profesionales hoy actúan como “monopolios cerrados” que impiden que más personas participen y generen valor en el sector.