La lluvia de este miércoles mermó la convocatoria y Rodolfo Aguiar habló desde el edificio del Ex Ministerio de Trabajo ante un puñado de personas.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) convocó para este miércoles a la mañana una movilización masiva para tomar control de todos los edificios públicos y darle un golpe de Estado a Javier Milei.
Sin embargo, como aquel sketch de Tato Bores, la revolución se cancela por lluvia. Si bien el titular de ATE, Rodolfo Aguiar, mantuvo la convocatoria, hubo muy pocos gremialistas que dieron el presente frente a las sedes del Gobierno Nacional, y en ningún momento se comprometieron las bases militares, como habían llegado a amenazar unas semanas atrás.
El único golpe duro que dieron fue con la toma de varias filiales del ANSES, donde cerraron las persianas e hicieron asambleas populares durante toda la jornada, por lo que jubilados en todo el país no pudieron cobrar sus pensiones ni hacer trámites hoy.
En la última semana de marzo, se rescindieron más de 15.000 contratos de los 70.000 que la administración de Javier Milei puso en revisión al principio de su mandato, eliminando trabajos duplicados, empleos militantes o ñoquis.
“Mientras en la provincia de Buenos Aires no pueden ni cortar el pasto de las banquinas de las rutas, su ministro de Infraestructura, Katopodis, está tomando edificios públicos nacionales (en CABA) defendiendo ñoquis. El kirchnerismo es un paro eterno”, dijo el presidente del bloque libertario en Diputados, Oscar Zago.
La motosierra está en marcha y al Gobierno no le tiembla el pulso al blandirla, pero los empleados militantes tampoco piensan perder sus privilegios tan fácilmente. Luego de este traspié, ATE planea sus próximos pasos, y piden mayor compromiso con las bases de los jefes de la CGT, que no se animan a convocar un nuevo paro nacional.
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