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viernes 29 marzo 2024

El 18 de octubre se lanzará Aprender, el nuevo plan nacional de evaluación educativa

NacionalesEl 18 de octubre se lanzará Aprender, el nuevo plan nacional de evaluación educativa

El 18 y 19 de octubre próximo, 1.380.000 alumnos de escuelas públicas y privadas no tendrán clases. En cambio, esos dos días deberán ir a la escuela pero para dar las pruebas de la Evaluación Nacional Aprender con las que el ministerio de Educación nacional busca evaluar los niveles de aprendizaje de las primarias y secundarias de todo el país.

«Habrá suspensión de clase y las pruebas Aprender serán de carácter obligatorio como sucede con estas evaluaciones en otros países de la región. El objetivo es visibilizar las pruebas, concientizar a la sociedad de la importancia de la prueba nacional para ponerlas en valor como una instancia fundamental del aprendizaje, por eso también el nombre de la prueba, y darle a los alumnos el silencio que se requiere para dar la evaluación», explica la secretaria de Evaluación Educativa de la nación, la profesora en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Elena Duro.

¿Se terminan las pruebas ONE?

El lanzamiento de Aprender implica un cambio de peso en la historia estadística educativa de Argentina. Las pruebas del Operativo Nacional de Evaluación (ONE), creadas en 1993 y tomadas desde los noventas, sufrieron una serie de modificaciones en su frecuencia y metodología y en la transparencia de su divulgación que el año pasado sobre todo despertó el reclamo de parte de la comunidad de educadores porque afectaba la «comparabilidad» de los resultados.

«Las pruebas ONE empezaron a principio de los 90s primero anuales y luego con el kirchnerismo se hicieron bianuales y luego trianuales, con muchos problemas en la confección del instrumento técnico y la elaboración de los datos -comenta el Doctor en Educación Mariano Narodowski-. Eran pruebas con problemas que mostraban el desinterés que hubo por evaluar»

Cambiar de un año para el otro un aspecto técnico en la manera de preguntar o de procesar información en una evaluación nacional es un tema delicado para las estadísticas educativas: una modificación de metodología en el modo en que se mide una realidad impide comparaciones en el largo plazo, hacia atrás en la historia de las evaluaciones. Implica perder información valiosa sobre la evolución de los aprendizajes.

«ONE no va a haber más -dice ahora Duro-. Va a haber Aprender». Y aclara que los resultados de Aprender, según sostiene, serán comparables con los resultados de las ONE 2010 y 2013.

¿Qué pasa con la información histórica que aportan las pruebas desde la década del 90 hasta antes de 2010? La secretaria de Evaluación de Bullrich, que cuestiona la herencia estadística educativa del kirchnerismo, es directa: «La prueba había dejado de ser comparativa antes, cuando se pasó al modelo Teoría de Respuesta al Item (TRI)». Ese cambio técnico, que decidió el ministerio de Educación nacional en 2005, fue uno de los puntos críticos señalados en la polémica de 2015. Duro cuestiona la herencia estadística del kichnerismo (Ver Conversaciones)

Duro defiende la decisión: «Aprender va a mantener núcleo de comparabilidad con 2010 y 2013 pero va a tener líneas de base más sólidas en función de la calidad de la muestra y las características del operativo. Hicimos un diagnóstico de los bajos índices de respondientes de los años anteriores y vimos que atentaban contra la fiabilidad y validez de la prueba», argumenta.

En ese sentido, desde el ministerio de Educación nacional, imaginan la suspensión de clases para implementar el operativo de evaluación como una manera de ganar confiabilidad y validez en los datos, garantizando una muestra de calidad con alta asistencia de alumnos. El objetivo fijado por el gobierno es entre «un 85 y 90 por ciento de respondientes», alumnos que responden la prueba, según Duro. Los alumnos que falten deberán justificar la falta y dar la prueba el 25 de octubre.

El director del Programa de Educación de CIPPEC, acostumbrado a utilizar los resultados de las ONE como fuente de su investigación, reconoce la existencia de «saltos de criterio» en las evaluaciones anteriores a 2010 a la hora de analizar los resultados de los alumnos.

Respecto de Aprender, sostiene: «No puedo juzgar la calidad de la herramienta porque no soy parte de su desarrollo pero tengo una evaluación positiva de lo que se está haciendo. Desde CIPPEC veníamos pidiendo una prueba censal anual para primaria, escuela por escuela. Eso era lo primero».

Desde FLACSO, la doctora en Ciencias Sociales, Ana Miranda, coordinadora del Programa de Juventudes de esa universidad y usuaria especializada de estadísticas educativas subraya la importancia de «la posibilidad de comparación temporal». Sostiene Miranda: «En una reformulación es importante mantener los ítems que sean comparables. Si esta nueva evaluación permite la comparación con 2010 y 2013, es una base de trabajo»

Qué alumnos deberán dar la prueba

«Vamos a evaluar todos los años, en todos los niveles, por provincia y por municipio». Así lo anunció el ministro de Educación el martes de la semana pasada cuando visitó la Comisión de Educación y Cultura del Senado nacional.

Este año, sin embargo, no serán evaluados todos los grados de primaria y secundaria: las pruebas se tomarán en dos grados de primaria y dos niveles de secundaria.

El operativo Aprender afectará a una muestra representativa de alumnos de tercer grado de primaria y de segundo o tercer año de secundaria, según corresponda en este último caso en cada provincia. Los estudiantes de estos niveles darán pruebas en lengua y matemática solamente. «Hacer la prueba en un día nos impide tomar las cuatro áreas», explica Duro.

En cambio, la prueba Aprender serán censales para los alumnos de sexto grado de primaria, una novedad respecto a las pruebas ONE, y quinto año de secundario, es decir, todos los estudiantes deberán dar la prueba y no tan sólo un grupo representativo. Además, las evaluaciones en estos casos abarcarán las cuatro áreas centrales de la educación escolar, ciencias naturales y ciencias sociales, además de matemática y lengua.

A Rivas le parece un gesto de prudencia avanzar por áreas, sobre todo en la prueba censal de primaria: «Se necesita tiempo para construir capacidades técnicas entre las personas a cargo del operativo de evaluación. Hacer millones de pruebas a la vez sin esas capacidades atentaría contra la calidad de los resultados», dice.

Narodowski plantea un horizonte más ambicioso: «Debería haber una prueba censal a mitad de la primaria y a mitad de la secundaria, además de la de sexto grado y la de quinto año». En relación a quinto año, propone además otra perspectiva: «Tiene que transformarse en un examen nacional de enseñanza media siguiendo el modelo brasilero para focalizar las políticas de apoyo a los sectores de menores recursos que aprueben la prueba en el camino a la universidad y el mundo del trabajo».

Por otro lado, el operativo pretende obtener información diferencial según las realidades que viven las escuelas en cada territorio. «Por primera vez tendremos muestra representativas que discriminan zonas rurales, grandes centros urbano y zonas urbanas. Reconocemos que los grandes centros urbanos plantean contexto diferenciados», explica Duro.

Otra novedad es que las pruebas no sólo darán resultados por provincia sino que por primera vez se elaborarán resultados por municipio. Además, incluirá cuestionarios complementarios que incluirán preguntas de autopercepción para alumnos y docentes.

Aprender será anual como lo fue ONE en sus inicios: «Será anual por lo menos hasta que hayamos logrado construir una cultura de la evaluación. Hay que instalar una cultura evaluativa en el sistema», sostiene Duro. El año próximo, las áreas a evaluar en los grados y años donde se toman muestras de alumnos serán ciencias naturales y ciencias sociales. En quinto año se seguirá evaluando las cuatro áreas.

¿Para cuándo y para quiénes los resultados?

Dos informaciones en torno a Aprender representan una novedad en los operativos de evaluación educativos de nivel nacional. Por un lado, la velocidad con la que Duro asegura que se tendrán los resultados: principio del ciclo lectivo del 2017, entre marzo y abril, una diferencia central con las ONE 2013, cuyos resultados circularon y de manera incompleta recién entre fines de diciembre de 2014 y principios de 2015.

El otro punto es el grado de accesibilidad de la información: Duro promete que los resultados por provincia y municipio estarán disponibles para todos los ciudadanos.

Por el momento no habrá operativos de evaluación de los docentes.

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