El Océano Pacífico Ecuatorial muestra el desarrollo temprano del fenómeno climático conocido como “El Niño”, de considerable intensidad, cuya existencia ya ha sido reconocida por la mayoría de los servicios meteorológicos del Mundo. El mismo tendrá una marcada influencia en el campo argentino y los demás países de la región.
Adicionalmente, se observa un calentamiento del Océano Indico, causada por el una fase positiva del Dipolo del Océano Indico (IOD), lo cual acentúa los efectos de “El Niño”.
Por su parte, el Océano Atlántico Subtropical continúa mostrando temperaturas superiores a lo normal, debido a que se encuentra atravesando una fase positiva de larga duración de la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO), cuyos efectos comenzaron a notarse a partir de 2007 y que, probablemente, continúen sintiéndose por unos 20 o 30 años más.
La influencia del calentamiento del Atlántico provocará fuertes tormentas sobre el Litoral Fluvial, pero reducirá, al mismo tiempo, la llegada de lluvias hacia el interior del área agrícola, especialmente a su porción sudoeste.
Asimismo, el calentamiento del Atlántico imprimirá una fuerte irregularidad a la marcha de las precipitaciones, haciendo que se alternen prolongadas rachas de tormentas, con riesgo de anegamiento de los campos bajos e inundaciones urbanas, con igualmente prolongadas rachas de bloqueo, durante las cuales predominarán condiciones secas y calurosas, que consumirán las reservas de humedad de los suelos.
Paralelamente, se adicionarán los efectos causados por la circulación polar, que se encuentra activada, debido a que se atraviesa una fase negativa de la Oscilación Antártica (AAO), produciendo entradas de aire frío, aunque con moderado a escaso riesgo de heladas.
Hacia el final del invierno
Durante el final del invierno 2015 continuarán acentuándose los procesos que comenzaron a desarrollarse durante el otoño.
Las precipitaciones se concentrarán fuertemente sobre una franja ubicada sobre el centro de Bolivia gran parte del Paraguay, el este del NOA, el NEA, la Mesopotamia, el nordeste y el centroeste de la Región Pampeana, el sur y el centro-sur del Brasil y el Uruguay, donde se experimentarán intensas tormentas, con vientos, aguaceros torrenciales y posibles granizadas.
El sur y el centro del área agrícola chilena, observarán fuertes tormentas, con precipitaciones abundantes a muy abundantes. Por su parte, la mayor parte del área agrícola de Bolivia, el extremo norte de Chile, la mayor parte del oeste y el centro del área agrícola argentina, y el centro-norte y el norte del área agrícola del Brasil observarán precipitaciones moderadas a escasas, con una distribución muy irregular.
Los vientos polares continuarán produciendo fuertes tormentas sobre la Cordillera Sur y la Cordillera Central, que extenderán su influencia sobre la mayor parte del área agrícola chilena y el oeste de Cuyo, produciendo abundantes nevadas, según es usual en las temporadas en que está desarrollándose un episodio de “El Niño”.
Debido a la predominancia de la circulación del trópico, producida por el desarrollo temprano de “El Niño”, la temperatura media del final del invierno será superior a lo normal.
No obstante, de tanto en tanto se producirán cortas pero muy vigorosas irrupciones de aire polar, que se extenderán hacia el área agrícola chilena, la mayor parte del área agrícola argentina, el sur de Bolivia, el sur del Paraguay, el sur de Brasil y el Uruguay, donde producirán el riesgo de heladas.
Los efectos comenzarán a manifestarse durante la primavera
Al iniciarse la primavera 2015, los efectos del desarrollo de “El Niño” comenzarán a hacerse sentir con fuerza, intensificándose la circulación tropical.
No obstante, contrariamente a los episodios típicos, en los que el centro y el norte del Brasil, Bolivia, el NOA, el norte de Cuyo y el oeste del Paraguay observan precipitaciones escasas, el presente caso producirá valores abundantes en la mayor parte de dicha Región.
Sólo el norte del área agrícola chilena, el oeste de Bolivia, el oeste del NOA, la mayor parte de Cuyo y el extremo sudoeste de la Región Pampeana registrarán precipitaciones inferiores a lo normal.
Bolivia, el Paraguay, el NOA, la Región del Chaco, el norte de la Mesopotamia y la mayor parte del área agrícola del Brasil experimentarán intensas tormentas, con vientos, aguaceros torrenciales y posibles granizadas.
El noroeste y todo el este de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y la mayor parte del Uruguay experimentarán precipitaciones abundantes, aunque no extremas, que serán acompañadas por tormentas localizadas, con riesgo de granizo, vientos y aguaceros torrenciales.
El centro del área agrícola chilena, Cuyo y el sudoeste de la Región Pampeana observarán precipitaciones moderadas, con posibles tormentas puntuales.
El sur área agrícola chilena y la Cordillera Sur continuarán registrando intensas tormentas.
Sólo el extremo oeste del NOA y el norte del área agrícola chilena observarán precipitaciones escasas.
Aunque la fuerte circulación tropical producirá calores tempranos, se presentará un moderado riesgo de heladas tardías en toda el área agrícola chilena, argentina y uruguaya, en el sur del área agrícola del Brasil, el sur de Bolivia y el sur del Paraguay.
El verano 2016 experimentará en su esplendor los efectos del fenómeno
Al igual que lo señalado para la primavera, y contrariamente a los episodios típicos de “El Niño”, en los que el centro y el Norte del Brasil, Bolivia, el NOA, Cuyo y el oeste del Paraguay observan precipitaciones escasas, el presente caso producirá valores estivales abundantes en la mayor parte del área agrícola de esos países.
En forma similar a la primavera, sólo el norte del área agrícola chilena, el oeste de Bolivia, el oeste del NOA, la mayor parte de Cuyo y el sudoeste de la Región Pampeana registrarán
precipitaciones moderadas a escasas.
Debido a la influencia perturbadora del calentamiento del Atlántico, se alternarán rachas de fenómenos contrapuestos.
Por un lado, se producirán lapsos prolongados con intensas tormentas con riesgos de granizo, vientos y aguaceros torrenciales, que podrían causar el anegamiento de amplias extensiones de terrenos bajos, a la vez que favorecerán las malezas, enfermedades y plagas.
Por otro lado, se registrarán lapsos de bloqueo de la circulación, durante los cuales los frentes de tormenta no lograrán pasar, dando lugar a condiciones de tiempo extremadamente caluroso y seco.
Otoño 2016
El otoño 2016 mostrará el proceso de disipación de “El Niño”. Los vientos del trópico disminuirán su intensidad y se retirarán gradualmente hacia el norte, mientras que los vientos del sur incrementarán su fuerza y avanzarán hacia el trópico.
Las precipitaciones se concentrarán sobre el centro-norte del Brasil, el centro y el este de Bolivia, el Paraguay, el centro y el este del NOA, la Región del Chaco, el norte y el centro de la
Mesopotamia el norte de la Región Pampeana y el sur del Brasil.
El centro-este del área agrícola del Brasil, el oeste de Bolivia, el oeste del NOA, el norte del área agrícola chilena, Cuyo, la mayor parte de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y la mayor parte del Uruguay registrarán precipitaciones moderadas a escasas.
El centro y el sur del área agrícola chilena incrementarán sus precipitaciones debido al fortalecimiento de los vientos del sudoeste.
A partir del mes de Abril de 2016, es probable que re registren heladas tempranas sobre el sur del área agrícola argentina, las cuales extenderán gradualmente su acción hasta llegar al sur de
Bolivia y el sur del Paraguay hacia comienzos del invierno de ese año.
Por el Ing. Agr. Eduardo Sierra
Especialista en agroclimatología
Explicación del fenómeno “niño”