Argentina analiza volver a los mercados internacionales de deuda

Tras la victoria electoral del oficialismo en los comicios de octubre, el Gobierno nacional evalúa seriamente la posibilidad de regresar al mercado internacional de deuda por primera vez desde 2018, con el objetivo de afrontar vencimientos por más de USD 4.200 millones que operan en enero de 2026.

Antecedentes de un camino sinuoso

El antecedente más importante de una colocación internacional se remonta al período 2016-2017, cuando bajo la administración de Mauricio Macri el país emitió bonos por más de USD 42.000 millones, incluyendo el célebre “Bono Centenario”.
Pero aquella etapa también mostró los límites del esquema: al cierre de 2018, el acceso voluntario al crédito se cerró con fuerza, producto de desequilibrios macroeconómicos, escasez de reservas y cambios abruptos en las condiciones internacionales.
Desde entonces, Argentina quedó lejos de los mercados voluntarios, con episodios de reestructuración de deuda y renegociaciones constantes, sin nuevos desembolsos externos significativos.

Las señales que hoy abren una ventana

  • El índice de riesgo país —el EMBI+ de JPMorgan— cayó fuertemente tras la elección, ubicándose en torno a los 650 puntos básicos.

  • Expertos coinciden en que mantener esa tendencia —o alcanzar niveles más bajos (idealmente cerca de 400 puntos)— junto con la acumulación de reservas, podría mejorar la percepción de inversores internacionales y viabilizar nuevas emisiones.

  • Además, la colocación reciente de deuda por parte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por US$ 600 millones a tasa relativamente baja alimenta la expectativa de que una vuelta de la Nación al mercado sea viable.

Desafíos que persisten

Aun así, el camino no está despejado. Entre los principales obstáculos:

  • Argentina arrastra una historia de incumplimientos y defaults, lo que genera recelo entre los inversores internacionales.

  • Las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) son escasas, lo que limita la capacidad del país para respaldar una emisión externa sin comprometer sus finanzas.

  • El contexto global de tasas de interés financieras y condiciones de riesgo internacional también juega un papel clave: si se endurecen, Argentina podría volver a quedar fuera de los mercados.

  • Finalmente, para que el retorno sea sostenible, el país necesita mostrar consistencia en política fiscal, monetaria y cambiaria, así como credibilidad en la administración de deuda soberana.

¿Qué significa para 2026 y los argentinos?

Si el Gobierno logra emitir deuda internacional, los fondos podrían servir para cumplir con los vencimientos de enero y despejar temporalmente la presión sobre las cuentas públicas. Pero ese alivio será momentáneo si no se logra consolidar una estrategia clara de sostenibilidad fiscal, acumulación de reservas y estabilidad macroeconómica.

Para la población, esto podría traducirse en una mejora en el clima financiero —y eventualmente en la confianza de inversiones—, aunque no necesariamente signifique cambios inmediatos en el bolsillo o en (oportunidades de) crecimiento.

Redaccion Córdoba Times

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