El italiano llegó a Boca y revolucionó el mercado de pases argentino, pero desde su arribo no formó parte de los encuentros por Libertadores y parece no tener un lugar entre los once que visitarán a River el domingo.
Ya se palpita el Superclásico del fútbol argentino y Gustavo Alfaro tiene que administrar un plantel numeroso con varias figuras, refuerzos de jerarquía y un duelo de Libertadores de por medio, por lo que optó por la rotación partido tras partido. Luego de 8 meses a cargo del Xeneize, el ex entrenador de Huracán repetiría ante River el equipo que este miércoles recibe a Liga de Quito, donde no aparece Daniele De Rossi.
El campeón del mundo en 2006 llegó al club de la Ribera para retirarse vistiendo los colores que, por idolatría a Diego Maradona, amó durante 30 años a la distancia. Luego de cumplir su sueño de debutar con la azul y oro, con el plus de convertir un gol ese mismo día, frente a Almagro, De Rossi se perfilaba para disputar los partidos más importantes de Boca en lo que resta del año pero a medida que los días pasan, el italiano sigue sin formar parte del once “titular” de Alfaro.
Se habló de su ausencia en Quito por no haber jugado nunca en la altura y el Xeneize respondió con uno de los mejores partidos de la era Alfaro con una contundente victoria 3-0 que casi sentenció la clasificación. De Rossi tuvo minutos frente a Almagro, donde jugó desde el arranca y metió un gol, estuvo presente en La Bombonera ante Aldosivi y jugó los 90′ en el Sur con Banfield. La respuesta técnica del ex Roma lo pone como candidato a la titularidad, pero el nivel de Marcone y Capaldo, sumado a la puesta a punto del europeo, generó la duda que poco a poco se vuelve certeza, con un mediocampo de Boca sin De Rossi.
Para enfrentar a Liga de Quito, Boca repetirá el once que ganó la ida con el cambio, por lesión, de Carlos Tévez por Mauro Zárate y según lo que se sabe, si no hay inconvenientes físicos, serán los mismo que irán desde el arranque el domingo frente a River. Entonces ¿De Rossi llegó para darle un salto de calidad al equipo, para cumplirle un sueño de retiro o para generar marketing de cara a las elecciones? Puede que el arribo del italiano a La Boca tenga un poco de cada cosa, pero luego de ver su rápida adaptación y manejo, no solo técnico sino estratégico, dentro del campo de juego el ídolo romano debería formar parte del once que disputará el primer Superclásico del año.