El primer fin de semana de julio, marcó el fin de dos torneos que pusieron en foco situaciones de injusticia, ojo critico a lo establecido y el tambaleo de las instituciones que rigen el deporte rey.
Luego de que la Selección Argentina quedará eliminada frente, hoy campeón de América, Brasil, AFA realizó un tweet en alusión al arbitraje y la no utilización del VAR en ese partido, que finalizó 2-0. Tal vez fue en apoyo a lo que el capitán del equipo argentino, Lionel Messi, dijo con la semifinal consumada: “No querían que pasáramos a la final” o “Brasil maneja todo”.
Esto no acabó ahí. El encuentro por el tercer puesto, frente a Chile, Messi sufrió una injusta expulsión. Gary Medel lo provoco y con una amarilla quedaba solucionado. Y para sumar sospecha, no revisaron la jugada. El fuego creció cuando La Pulga no fue a recibir la medalla justificando “que no quería ser parte de esta corrupción.
La cuestión ahora es: ¿La Asociación del Fútbol Argentino respaldará al capitán y defenderá al fútbol argentino de posibles represalias de CONMEBOL?. Los comentarios que surgen es que la organización presidida por Alejandro Domínguez, le daría al mejor jugador del mundo la imposibilidad de disputar sus competencias, al menos, por dos años. Es decir la Copa América 2020, organizada en conjunto entre Argentina y Colombia, mas las Eliminatorias Sudamericanas Qatar 2022.
No sería descabellado pensar que nuestro país baje su su postulación para organizar el torneo el próximo año, mas antiguo del mundo. Será una copa con mucho menos trascendencia que la que acaba de pasar, compitiendo contra la EURO COPA 2020. Nadie puede darse el lujo de no tener a Lío en sus competencias. Por el juego, la calidad, la asistencia de público a los estadios, los auspiciantes. No es algo menor no promocionar algo, sin una de las grandes estrellas.
Al poder de turno siempre le molesta que protagonistas, como los jugadores de trascendencia mundial, hablen en su contra. Le pasó a Maradona y lo castigaron de expulsándolo de un mundial. Lo usaron, porque necesitaban de su presencia para vender, pero Havelange, presidente de FIFA en el Mundial 94, le cobró factura por todas las denuncias públicas que Diego hacía. Desde México 86 venía planteando injusticias de la casa madre.
Deberemos esperar, pero a la Confederación Sudamericana de Fútbol no le será muy fácil librar una batalla, menos contra el máximo astro de este deporte. Los jugadores hoy tienen no necesitan de los organismos, ellos necesitan a los protagonistas del juego.
