Según un estudio, el 20% de las mujeres latinoamericanas tenemos problemas para encontrar bases de maquillaje acordes a nuestro color de piel.
Del estudio surgen varias conclusiones interesantes con las que quizá te sientas identificada:
Percepción de tono de piel: el tono de la piel real es diferente del color en la percepción personal que tenemos cada una
La autopercepción del color de piel no es simple para nosotras. Más allá de la edad, muchas todavía tenemos dudas sobre nuestro tono de piel
Nuestro grado de incertidumbre disminuye con un portafolio más amplio y diverso de tonalidades, de ahí la necesidad de ampliar la oferta de tonos (sumar más claros y otros más oscuros de los que existen) para facilitar la elección
Las empresas concluyeron que la elección de tonos de bases debe ser transformada de un proceso limitante a un proceso liberador. No se trata de dictar la búsqueda del tono adecuado para las mujeres, sino de dar voz, dar la oportunidad de encontrar nuestros tonos y matices en este universo. Encontrar el tono simboliza encontrar la voz de cada persona.
El proceso de selección del “tono” correcto de base para muchas de nosotras implica un ciclo interminable de probar distintos tonos y no encontrar el adecuado porque: se busca un color (fijo) para algo que es variable (tono de piel) en cada momento.
El elemento “identidad”, al encontrar su “color de base”, nos plantea a muchas mujeres preguntas vinculadas con nuestra propia relación social con el color: surgen temas asociados a la discriminación, el racismo y el prejuicio.
Todas las mujeres deberíamos poder encontrar el tono y subtono de base que nos haga sentir libres, cómodas y representadas.
Tono: color de la superficie. Los tonos de piel varían desde tonos claros hasta marrones más oscuros, pero generalmente se dividen en cuatro categorías: claro, medio claro, medio oscuro u oscuro.
Subtono: tono de fondo, que está debajo de la piel. Los subtonos se clasifican en calientes, fríos y neutros. Los tonos fríos son rosa y azul, los tonos cálidos son anaranjado, amarillo y dorado.
Las empresas concluyeron, por último, que adecuar el portafolio de bases es más que una necesidad. El producto es una forma poderosa de trabajar la identidad y la autonomía y es un vehículo de representación para las personas.
