Remedios caseros que pueden ayudarte a bajar el colesterol

Bajar el colesterol malo y subir el bueno y, en la medida de lo posible, de forma natural, nos ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.

Existen distintos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir un accidente cardiovascular pero los niveles de colesterol elevados es uno de los más importantes, por ello, mantener estos niveles entre los rangos saludables es una prioridad para el cuidado de la salud.

Tener colesterol por encima de los valores recomendados es más frecuentes en varones de 36 a 65 años. En las mujeres suele empezar después de la menopausia, momento en el que se pierde el efecto protector de los estrógenos, y a los 75 años se iguala en ambos sexos el riesgo de padecerlo. Hoy sabemos que el colesterol que tenemos en nuestro organismo procede de tres fuentes distintas:

– De la dieta, a través de la absorción desde el intestino (lo que denominamos colesterol exógeno)

– De la síntesis por parte del hígado, a partir de Acetil-CoA (lo que denominamos colesterol endógeno)

– De la degradación de diversas hormonas (corticoesteroides, mineralcorticoides, andrógenos, estrógenos, progesterona…).

Cardo mariano

Denominada la planta ‘de los excesos’, el extracto del fruto del cardo mariano contiene un activo, la silimarina, que activa la producción y secreción de la bilis, ayudando a la función del hígado y la vesícula biliar. Asimismo, al tiempo que facilita la digestión de las sustancias grasas, la silimarina protege al hígado del daño producido por diferentes sustancias, principalmente de aquellas que promueven la generación de radicales libres.

Diente de león 

Es una de las plantas medicinales que te ayudan a eliminar las sustancias tóxicas del hígado y del riñón. De hecho, a principios del siglo pasado se utilizaba como remedio para mejorar la función hepática y renal. Ayuda a la expulsión de bilis y mejora el perfil lipídico.

Alcachofa 

El extracto de esta planta, que puedes encontrar como preparado farmacéutico, ayuda a prevenir el síndrome metabólico, que se da cuando aparecen una serie de condiciones que aumentan el riesgo cardiovascular y la probabilidad de tener diabetes tipo 2: hipertensión arterial, glucosa alta en la sangre, niveles sanguíneos elevados de triglicéridos, bajos niveles sanguíneos de HDL, el colesterol bueno y exceso de grasa alrededor de la cintura.

Enriquece tu dieta con fibra 

Especialmente, de fibra soluble, que se encuentra en alimentos como los vegetales, las frutas, los cereales integrales como la avena o el arroz integral o las legumbres. Este tipo de fibra reduce los niveles de colesterol LDL, aunque no afecta a los niveles de colesterol bueno o HDL. Eso sí, no te excedas, ya que demasiada fibra puede provocar hinchazón abdominal, estreñimiento y dolor. Lo ideal es que la incluyas dentro de una dieta variada.

Las grasas insaturadas te ayudan a controlar el colesterol

Otro remedio natural y saludable contra el colesterol malo y para subir el bueno es el consumo de alimentos ricos en grasas insaturadas.

Estas grasas se encuentran en alimentos de origen vegetal, como los aceites vegetales: aceite de oliva, girasol o maíz. A su vez, se clasifican en:

Grasas monoinsaturadas: El ácido graso monoinsaturado por excelencia es el ácido oleico, presente especialmente en el aceite de oliva, donde puede alcanzar hasta un 75-80% de su contenido. “También lo encontramos en el aceite de colza, las aceitunas, palta y, en menor cantidad, en algunas carnes, en el aceite de girasol y en los frutos secos como las nueces o almendras”, aclara la experta de la SEEN.

Estas grasas representan el mayor porcentaje recomendable de consumo, entre el 15 y el 20% del total.

Grasas poliinsaturadas: existen tres familias: los omega 3, 6 y 9. La mayoría de estos ácidos grasos pueden ser sintetizados a partir de los hidratos de carbono de la dieta. La recomendación de ácidos grasos poliinsaturados en una dieta saludable es del 6-10% de las calorías totales.

No más grasas trans 

Estas grasas se forman a partir de ácidos grasos insaturados que se hidrogenan parcialmente, lo que da lugar a grasas más sólidas, más plásticas y más estables. La mayor parte de las grasas trans se producen durante la elaboración de las margarinas y grasas de repostería, como resultado de la hidrogenación parcial o total de aceites vegetales o de pescado insaturados. “El consumo de ácidos grasos trans provoca en el organismo un efecto más negativo que la grasa saturada, ya que aumenta los niveles de LDL colesterol y triglicéridos y también reduce HDL colesterol en sangre, también llamado colesterol ‘bueno’, favoreciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”. Por ello, se debe mantener una ingesta lo más baja posible, por lo que se recomienda consumir menos del 1% de las calorías totales de la dieta.

Ojo con pasarte con las saturadas 

Se encuentran en alimentos de origen animal, como carnes, embutidos, leche y sus derivados; y en aceites de origen vegetal, como los aceites de coco o de palma, que se consumen a través de bollería industrial, aperitivos salados y productos transformados, principalmente.

“El consumo de grasas saturadas favorece un aumento de los niveles de colesterol en sangre, en concreto del LDL colesterol, también llamado colesterol ‘malo’”,  los alimentos ricos en grasas saturadas deben formar parte del vértice de la pirámide de la alimentación saludable y, por lo tanto, solo deberían consumirse de forma esporádica, ya que no debe superar el 9-10% de la ingesta calórica diaria total.

Ejercicio: mejor remedio para subir el colesterol bueno

Los estudios señalan que la práctica regular de ejercicio reducen el colesterol malo y aumentan el bueno. La actividad vigorosa ayuda a controlar los niveles de colesterol, el azúcar en sangre y la tensión arterial.  las personas que siguieron un programa de ejercicio regular lograron mejorar sus niveles de colesterol en 12 semanas. Los ejercicios aeróbicos como pasear a ritmo rápido, correr, andar en bicicleta o la natación son los mejores para mejorar el perfil lipídico.