En una clara señal de apertura institucional, el Ejecutivo nacional protagonizó una instancia de coordinación federal clave: el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, fue recibido en la sede de la Casa Rosada por el ministro del Interior, Diego Santilli. El encuentro formó parte de la nueva ronda de reuniones que la Nación impulsó con las provincias en la antesala del debate del Presupuesto 2026.
Según fuentes oficiales, la Nación buscó liderar y articular la agenda federativa: no solo escuchó los planteos provinciales —como los de Córdoba sobre el incentivo docente (FONID), transporte y deuda previsional— sino que procuró hacerlos compatibles con la regla fiscal y la visión de gestión central. En ese sentido, Santilli dejó claro que la concertación “no estaba condicionada a la suspensión del equilibrio presupuestario”, según el reporte de medios.
La convocatoria a Llaryora integró un esquema más amplio impulsado desde la Casa Rosada, donde el Gobierno nacional seleccionó interlocutores provinciales para asegurar apoyo al Presupuesto y establecer vínculos de gestión directa.
En el caso de Córdoba, la presencia del gobernador representó un paso hacia una interlocución más fluida con la Nación, donde la centralidad del poder nacional dejó de ser solo declarativa.
Desde Buenos Aires se informó sobre la creación de “mesas técnicas” para abordar los temas mencionados por la provincia, lo que evidenció que la Nación no solo escuchó sino que implementó un mecanismo de seguimiento.
Aunque el foco del encuentro lo marcaron las demandas provinciales —actualización del FONID, mejora de subsidios para el transporte regional y regularización de los envíos nacionales a la Caja de Jubilaciones de Córdoba—, la interpretación oficial lo ubicó dentro de una estrategia nacional de articulación. En ese marco, se remarcó que la Nación actuó como facilitadora de gestión, no como mero receptor de peticiones.
“Ha sido una reunión positiva, cordial y productiva. Veo con buenos ojos que se abra una nueva etapa que nos permita dialogar y poder generar consensos que nos permitan mejorar la calidad de vida de los argentinos”, subrayó el mandatario cordobés al finalizar la reunión de más de una hora en la Casa Rosada.
Para Córdoba, la reunión significó una oportunidad concreta de inserción en la agenda de gestión nacional, que podría traducirse en recursos y acuerdos. Pero el mensaje más fuerte lo envió la propia Nación: asumió el liderazgo del federalismo operativo y consolidó un vínculo de gobernabilidad con las provincias.-
La Casa Rosada, al convocar directamente a mandatarios como Llaryora, reforzó su protagonismo en el armado del Presupuesto 2026 y en el control de la agenda pública. De esta forma, el Gobierno nacional no quedó al margen del debate provincial: lo encabezó.