La ministra de Salud justificó las medidas en el AMBA, zona a la que considera “el epicentro” del Covid-19.
En medio de la acentuación de la disputa entre Ciudad y Nación en torno a las clases presenciales, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, brindó una conferencia de prensa en la que se refirió a la situación epidemiológica en el país y el avance del programa de vacunación.
La funcionaria se refirió al aumento de contagios y alerto: la Argentina “está viviendo el peor momento de la pandemia desde el 3 de marzo del año pasado y este es el momento de más riesgo”, en defensa del DNU del Presidente, Alberto Fernández, que impuso mayores restricciones a la circulación.
Al respecto Vizzotti hizo hincapié en la disputa entre Nación y la Ciudad: “Necesitamos priorizar la salud por sobre la política“, afirmó y agregó: “La fundamentación que presentaremos en la justicia es lo mismo que dice el DNU: priorizar la salud, y poner en valor, en jerarquía, el riesgo colectivo”.
En esta línea, defendió la suspensión de la presencialidad en las aulas, pese a que la semana pasada su posición era en favor de mantener las escuelas abiertas: “no se trata del riesgo individual de ir a un establecimiento donde se cumple un protocolo, sino del riesgo colectivo que implica la movilización”.
Luego volvió a referirse al DNU del Presidente y justificó el porqué se aplicó solo en el AMBA: “Estas medidas se toman en AMBA porque es el epicentro de la pandemia, porque, como vimos, desde los grandes conglomerados de los países se traslada el riesgo al resto del territorio”.
Sin embargo, Vizzotti aseguró que estas medidas no bajaran los casos, condición necesaria que había establecido el Gobierno Nacional para no avanzar con más restricciones cuando el vigente DNU venza el 30 de abril: “Nosotros no queremos frenar los casos, porque es inviable, lo que buscamos es disminuir la velocidad en la que se presentan los contagios y la velocidad con la que ingresan las personas en terapias intensivas”.
Producción local de la vacuna Sputnik V
Vizzotti se refirió también a la producción de tres lotes de vacunas Sputnik V en la Argentina por parte del laboratorio Richmond como un importante “hito” en medio de la pandemia. Además, dijo que las dosis fueron enviadas al instituto Gamaleya, en Moscú, para “realizar allí el control de calidad y en función a esos resultados, comenzar la importación de antígenos”. En ese sentido, explicó que hay que “ser prudentes y esperar el resultado de calidad”.
De avanzar de acuerdo con lo previsto en este acuerdo entre privados, se prevé que la fábrica argentina pueda producir cerca de 1 millón de vacunas en junio próximo y la posibilidad de escalar la producción hacia fines de diciembre.