Antes de ponerse en modo inactivo, el robot logró transmitir los datos de la perforación que realizó ayer en el suelo de Chury.
El robot Philae entró en modo reposo por falta de batería, sin que se sepa si podrá volver a despertar ni cuándo, pero antes logró transmitir un torrente de datos de la perforación del cometa Chury que realizó ayer, completando una misión histórica que podría ayudar a entender el origen de la vida en la Tierra.
«Lo hemos recibido todo. Todo ha transcurrido exactamente como estaba previsto. Incluso pudimos hacer una maniobra de rotación para optimizar la recepción de la luz en los paneles solares», declaró el científico Jean-Pierre Bibring desde el centro de control de Philae en Colonia, Alemania.
El robot, del tamaño de un frigorífico -que pesa 100 kilos en la Tierra y apenas un gramo en el cometa, donde casi no existe la fuerza de la gravedad- cuenta con 10 instrumentos de observación, entre ellos seis cámaras fotográficas, un tomógrafo y un espectrómetro.
Con ellos, durante tres días de intenso trabajo, Philae radiografió el interior del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, ubicado a más de 510 millones de kilómetros de la Tierra, estudió su magnetismo, tomó imágenes del suelo y analizó las moléculas complejas halladas en la superficie.
Su misión era encontrar moléculas orgánicas que hayan podido desempeñar un papel en la aparición de la vida en la Tierra, aprovechando que los cometas son los cuerpos más antiguos del sistema solar.