El mandatario provincial otorgó la distinción “Brigadier General Juan Bautista Bustos” a Eduardo Angeloz y le entregó, como símbolo de una reivindicación histórica, el bastón de mando del Gobernador de Córdoba. Ponderó al ex mandatario radical como insignia de la democracia, el diálogo y el consenso.
En el marco del año del Bicentenario de la Independencia, el Gobierno de la provincia de Córdoba escribió una nueva página de restitución a la memoria histórica y a la democracia a partir de la entrega de la distinción “Brigadier General Juan Bautista Bustos” al Gobernador en mandato cumplido, Eduardo César Angeloz.
Así, Juan Schiaretti presidió el reconocimiento de quien fuera el primer gobernador constitucional de la provincia, Juan Bautista Bustos, al primer mandatario provincial luego de la recuperación democrática en el año 1983.
En su discurso, Schiaretti destacó especialmente el aporte de la figura de Angeloz a la consolidación democrática argumentando que logró reconstruir las tramas sociales y políticas de una sociedad golpeada por la dictadura militar: “Llegó a una provincia lacerada por la dictadura genocida y fue capaz de entender la situación social, buscar los consensos y actuar desde su impronta radical junto a todas las fuerzas políticas. Él le devolvió a Córdoba el autoestima que la dictadura le quitó”, sentenció.
En ese sentido, Schiaretti le entregó también el Bastón de mando del Gobernador de Córdoba fundamentando que la historia determinó que Angeloz no pueda recibirlo de un gobierno democrático, por lo que consideró a este acto como un homenaje y una reivindicación a la verdad histórica.
“Yo sé que vos nunca precisaste un bastón de mando porque siempre tuviste decisión y coraje para manejar esta provincia, pero quiero que me aceptes este bastón, de otro gobernador constitucional, para reparar las injusticias de la historia”.
Reconocido como un hombre insignia de la democracia, Juan Schiaretti afirmó que el “Pocho”, como informalmente se lo conoce al ex mandatario radical, constituye la más certera expresión de la convivencia democrática. Sostuvo que se trata de alguien que “conoce el valor del diálogo, que es tolerante y que siempre ha buscado los consensos”.
En su discurso de agradecimiento, Eduardo Angeloz se refirió a este punto luego de recibir la distinción: “A las convicciones no se renuncia. Lo importante es discutir, dialogar, hasta comprender cuál es el punto equidistante. Lo significativo es el intercambio y el saber poner en claro esas convicciones que uno abraza”.
Así también, hizo especial hincapié en el valor de las convicciones y en la firmeza con la que siempre las defendió a lo largo de su amplia trayectoria política:
“Lo caracteriza ser un hombre de convicciones firmes, de una gran honestidad intelectual, porque nunca hemos visto que haya resignado sus ideales en función de alguna conveniencia personal”, aseveró.
“Pero sobre todo -continuó Schiaretti- es buena persona. Yo no he escuchado nunca a ningún cordobés que diga que el “Pocho” le jugó una mala pasada; siempre ha sido un hombre leal y de buena madera”.