Tsai Ing-wen, del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), se convirtió hoy en la primera mujer presidenta de Taiwán.
La nueva presidenta se presentó con un mensaje de mayor autonomía frente a China y de reforma social y económica, ante los ojos atentos de Pekín y del mundo.
Tsai fue elegida mandataria el pasado 16 de enero, por abrumadora mayoría, como candidata del DPP, una formación que propugna la separación política definitiva de la isla respecto a la China continental.
El fantasma del deterioro de los lazos con Pekín y sus posibles consecuencias negativas sobre la isla y 15 meses de bajas en las exportaciones pesan sobre el ánimo de los isleños, cuando se pone fin a 8 años de gobiernos del Partido Kuomintang (KMT), amigable con China, y promotor de un acercamiento a Pekín.
Tsai prometió en su discurso «manejar los lazos con China de acuerdo con la Constitución y otras leyes», un reconocimiento indirecto de la pertenencia de la isla a China, pero no a la China comunista.
“Taiwán quiere paz, estabilidad y consenso en sus lazos con China”, afirmó la nueva presidenta de la isla, en el que prometió también «defender la democracia» taiwanesa.
Mientras que lo que más preocupa a los taiwaneses es la capacidad del nuevo liderazgo para reactivar la economía, el mundo observa la reacción del gigante asiático, que considera a Taiwán parte de su territorio y está molesto ante la postura soberanista de la nueva presidenta
«En este preciso momento, Taiwán se enfrenta a una situación difícil que requiere que sus líderes asuman las cargas sin dudar», advirtió.
Fuente: Telam