La presidenta del Senado, Isabel Allende, lo calificó como un «paso histórico».
El Congreso chileno aprobó el miércoles la primera ley de uniones civiles o de hecho, que regula la convivencia y crea un nuevo estado civil accesible a parejas heterosexuales y homosexuales, una demanda histórica de la comunidad gay.
Tras cuatro años de tramitación y con un amplio respaldo, la ley crea el «Acuerdo de Unión Civil» (AUC), que hace posible a las parejas que conviven sin estar casadas compartir bienes a nivel jurídico, recibir herencias y pensiones, o ser carga en el sistema de salud, entre otros derechos.
El derecho a adopción no está incluido en la ley. Chile permitirá también las uniones de hecho entre heterosexuales, que hasta ahora solo podían optar al matrimonio, en un país de tradición conservadora y con gran influencia de la Iglesia católica.
Chile se suma a Brasil, Colombia y Ecuador, que permiten las uniones civiles entre homosexuales, y a Argentina y Uruguay, que aceptan el matrimonio homosexual.