Es por el saludo que le dio la actriz al director del Festival de Cannes. Ella pidió disculpas pero la sociedad iraní pide el castigo a modo de ejemplo.
Un hecho insólito y que causa controversia en el mundo sucedió luego del Festival de Cine de Cannes. La actriz iraní Leila Hatami, protagonista de «La separación», película ganadora del Oscar en 2011, enfrenta una dura sanción por parte de su país por saludar con un beso en la mejilla (una formalidad en Europa) al director del evento cinematográfico, Giles Jacob, de 83 años.
El viceministro de Cultura y Orientación Islámica, Hosein Nushabadí, dijo que Hatamí se condujo «de forma inapropiada», con «falta de consideración por los valores de la sociedad» y «en violación de las creencias religiosas». Ella pidió perdón públicamente por su «falta», pero para la sociedad no fue suficiente y solicitan una condena ejemplar de 50 latigazos y cárcel por su «pecado».
El pedido de la sanción fue de un grupo estudiantil vinculado con Hezbollah y la Guardia Revolucionaria de Irán, quienes solicitaron «que se levanten cargos contra Leila Hatami por su pecaminoso acto de besar a un extraño en público, que de acuerdo con el artículo 638 de la Justicia Criminal islámica conlleva a una sentencia de prisión». Y agregan en su comunicado que la actitud de la actriz «daña los sentimientos religiosos (…) y se demanda el castigo por flagelación tal como estipula la ley».
La actriz intentó explicar que fue una situación inevitable y que intentó saludar con un apretón de manos, pero no tuvo otra alternativa que dar un beso en el «cachete» a su anfitrión, en demostración de cordialidad y respeto. Leila manifestó su dolor y dijo estar «muy apenada por herir los sentimientos de algunas personas». ¿Qué decisión tomarán en Irán?