Ya no hay llamas en ninguno de los cerros de la ciudad chilena. Ahora comienzan las arduas tareas de reconstrucción.
El infierno que asoló desde el sábado el puerto de Valparaíso, causando la muerte de 15 personas y la destrucción de unas 3.000 viviendas, quedó «completamente extinguido», según lo confirmó el comandante de Bomberos de esa ciudad del centro de Chile, Enzo Gagliardo.
Ante la magnitud de la tragedia, la presidenta Michelle Bachelet anunció un bono de unos 2.000 dólares para la compra de enseres por cada familia damnificada. A su vez, prometió «recursos ilimitados» para la reconstrucción y agregó que el gobierno entregará otro bono de 400 dólares a cada familia para la compra de ropa.
Los apoyos financieros, para un total de 12.500 damnificados, son complementados con la entrega directa de toneladas alimentos, vestimenta, elementos de higiene y frazadas enviadas solidariamente por la ciudadanía.
El desastre fue combatido por una veintena de aviones, además de miles de bomberos, policías y militares, provenientes de distintas regiones del país. Afortunadamente, el clima fue su aliado, ya que la presencia de neblina les facilito la tarea.